A Phil Hellmuth le encanta relacionarse con el mundillo del baloncesto profesional.
Esta atracción por la NBA se debe a una mexcla de irresistible de reclamos que abarcan desde la pura afición por el deporte al afán de protagonismo, sin dejar de lado el fino olfato para los negocios del californiano.
El Poker Brat es seguidor de los Warriors. Le va como anillo al dedo, el equipo que muchos recordamos como la peor franquicia de todas durante décadas es ahora el faro más brillante de la liga. Además juegan al lado de su casa de Palo Alto, como quien dice, a poco más de media hora en coche.
En el Oracle Arena, Hellmuth tiene rienda suelta para codearse con las celebrities y dejarse ver en un ambiente relajado y muy diferente al de sus tensas sesiones de poker. Por si fuera poco, sus amistades en el pabellón no se reducen a sus compañeros de palco o a alguno de los jugadores, se ramifican a los dueños de ese y otros equipos cercanos, como los Sacramento Kings. Es una excelente fuente de contactos para completar las partidas privadas que organiza con sus vecinos, varios altos cargos en empresas de Silicon Valley.
Hellmuth lleva cerca de un año trabajando duramente en la promoción de us autobiografía «The poker brat». Uno de los All-Star que juegan en Golden State, Draymond Green, colaboró en el lanzamiento con una pequeña alabanza en forma de texto de contraportada. Green también es conocido en su ámbito profesional como un tipo con un carácter dado a arrebatos de rabia incontrolable, lo que convierte a esta extraña sociedad en un dúo verdaderamente explosivo.
En una entrevista reciente, el anfitirón se mostró especialmente curioso sobre esta aportación, y Phil no dejó escapar la oportunidad de hacerse valer.
«Draymond es mi colega. Escribió una reseña para mi libro. Le adoro, y si la gente le conociera de verdad, también le adoraría.
Si te fijas en otros deportistas, siempre ha habido gente que perdía los papeles de forma ocasional, como John McEnroe. Ves a Draymond en la cancha y se cabrea cuando un árbitro pita mal una jugada, se pone a deambular por la cancha como un pollo sin cabeza. Es como yo en el poker, por eso mi autobiografía se titulaba Poker Brat. Pero creo que Draymond es un gran tipo. Además, le he estado ayudando con su juego de poker».
Esa es buena, un tipo con propensión a tildarse jugando al poker con la ayuda de una personalidad como la de Hellmuth. Alguien tiene que ponerse ya mismo a montar una partida televisada con estos dos y Tony G. Y al mejor, Shaun Deeb también. ¿Cómo se tomaría Green el latazo que puede llegar a ser Kassouf? ¿Scotty Nguyen con acceso al minibar?
Las posibilidades son casi infinitas.
