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El Paraíso en Madrid

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A última hora, el viernes, hablo con el jefe y me «obliga» a ir a jugar el Paradise Poker Tour de Madrid. Fue por casualidad, porque la llamada era para tratar otros temas y éste salió en la conversación. Reserva de hotel e inscripción a toda prisa y comunicación a la parienta a las 7 de la tarde. Planificación ante todo.

El torneo tiene buena pinta. 500 + 50 € de entrada y una estructura que parece bastante cómoda, con los 6 primeros niveles de 40 minutos y el resto de una hora. Mucho guiri entre los asistentes lo que hací­a más divertido el asunto. En cada mesa tení­amos entre tres y cinco extranjeros, con mucho nórdico y húngaro.

En la primera mesa me ponen a la derecha a Magicjose, al que por fin conozco en vivo tras darnos mucha cera online. Ni que decir tiene que le di una de mis fichas y la aguantó encima de la mesa como un campeón.

Nuestra mesa se deshace rápido y me llevan a una de las mesas más divertidas en la que he jugado. Cuando vi a Álvaro Marino Nadal «Drácula» dos puestos a mi derecha, ya empezó a entrarme la risa. Entre nosostros un sueco loco y parlanchí­n que agarró un pedo de órdago.

Al sentarme, Fernando, un jugador andalúbastante majo, me avisa: el sueco es un pesao de cohone. Exacto, la simpatí­a que despertaba al principio se tornó en pesadez a los 10 minutos.

El tal Alexander consiguió aprenderse mi nombre gracias a que lo pone en la ficha. El cachondo de «Drácula» le dice que soy «a spanish famous player«. Le tuve que aclarar que en realidad era «a famous bad player«. Eso me vino bien, porque le robé un par de botes preflop metiendo la tercera apuesta a sus subidas. También nos reí­mos un rato al decirle que «Drácula» se llamaba Álvaro Sailor Christmas.

Por allí­ andaban muchos jugadores conocidos del panorama nacional, Mikiantimadrid, flamente ganador, Oscar «La Púa«, Vamito, Rosa Cibeles, Jorge Pla, Pakito (estos tres trabajando) Santi Terrzas, Bruno Ortuño, Fersan, Jorge Falarko, Kiko Lacasa, Krusty, Chema Felices y Sylvia, Chivu, Etayo, Fernando Martí­n, Repicas (estos dos del equipo Paradise Poker) y una lista que no acaba. Otros, como Pablo Baldor o Gorrioncillo se pasaron a hacer una visita.

Como en todos los torneos, a mi lo que me gusta son las conversaciones de los descansos, en las cenas o al terminar. Te podrí­a contar mil y una anécdotas pero tengo que abreviar y sólo el final con «Drácula«, Gorrioncillo, Cibeles y Vamito da para un libro de los gordos.

La ficha de Periquillo

Bruno Ortuño llevaba una de mis fichas. En el primer descanso llegó despotricando de la mala suerte que da la dichosa ficha. En una misma vuelta perdió con AA, KK y JJ. Unas manos después con 66 y en la mesa KKJ69. Tení­a todaví­a 7.000 de los 10.000 puntos iniciales. Todos los presentes concluimos que tuvo muchí­sima suerte, porque lo normal es que ya le hubieran dado pasaporte.

El primero en caer del grupito que nos reuní­amos en los descansos fue Fersan en el tercer nivel. Era de los pocos que se negó a llevar mi ficha.

«La Púa» llegó al primer descanso con 4.000 puntos. Comentó que se lo iba a jugar fresquito y se iba al cash. Es decir, que poco menos que estaba pidiendo que le eliminaran. Le ofrecí­ una ficha diciéndole que «le ayudarí­a» a terminar rápido. Acabó el dí­a entre los lí­deres con más de 100.000 puntos y finalmente quedó en decimocuarta posición.

Organización

El equipo del Casino de Torrelodones, encabezado por Basilio Hacha, tengo que decir que se portó de 10. Buenos crupieres y simpáticos, rapidez en la solución de los pequeños problemas que podí­an surgir y sin sensación de agobio o prisa en ningún momento. El tema de barra y la cena bastante bien, teniendo en cuenta la cantidad de jugadores y acompañantes que acudimos.

De Paradise Poker, ya que son mis jefes, diré lo mismo, está claro. Alfonso Ramos y todos los que andaban por allí­ con la tarjeta de Staff estuvieron atentos a cualquier solicitud de los jugadores. Cuando vas a un lugar donde intentan que te sientas como en casa, es difí­cil no salir contento.

Pero no todo fue de color de rosa, evidentemente. El problema es endémico en casi todos los casinos españoles cuando se organiza un torneo de cierta entidad: la cola en los registros. El casino está muy atado por la legislación y los jugadores seguimos apareciendo por allí­ cuando faltan 5 minutos para empezar.

Resumiendo, que me pasé un fin de semana de mil pares de narices ¡qué puñetas! En mi blog os contaré alguna historieta más. El chow del sueco borracho o una jugada en que me regalaron un bote bastante jugoso. Falta encontrar tiempo porque este fin de semana tenemos el CEP de Alicante con capea incluida el sábado dí­a 15. Apúntate, bribón.