Aunque normalmente se atribuye todo el mérito del auge del poker a la victoria de Chris Moneymaker en las World Series of Poker® de 2003 existen otros muchos precedentes que posibilitaron la expectación creada por el estadounidense en las Series Mundiales.
Entre ellos se encuentra el fenómeno cinematográfico protagonizado por Edward Norton y Matt Damon, Rounders. Otras películas han alcanzado un éxito mayor pero ninguna, hasta aquel momento, había reventado la taquilla fundamentándose en el Texas Hold’em.
Rounders sucedió antes de que la revista Planet Poker fuera creada, antes de que James McManus convirtiera en best seller su mesa final en las WSOP® de 2001 y antes de que se usaran cámaras para ver las cartas de los jugadores en las mesas de los torneos más prestigiosos del planeta.
Es cierto que Hollywood había usado el poker como telón de fondo para contar historias mucho antes (véase El rey del juego, Maverick o 5 Card Stud), pero la película de John Dahl era diferente. Por primera vez, las cámaras dedicaban tiempo a lo que ocurría sobre la mesa y mostraban naipe, transmitiendo al espectador un aspecto más real (sin dejar de ser ficticio) del Texas Hold’em.
Uno de los puntos fuertes es que el protagonista Mike McDermott, interpretado por Matt Damon, puede ser el reflejo de cualquier joven de a pie: Mike es un estudiante universitario de clase media con una habilidad especial para jugar al poker. Aunque el Texas Hold’em es su pasión, juega mal sus cartas y pierde todos sus ahorros, Esto hace que McDermott decida dedicarse al derecho y olvidarse del poker, o al menos intentarlo. Suena bien, ¿verdad?
Esta trama llegaba a los cines estadounidenses el 11 de septiembre de 1998, convirtiéndose en un rotundo éxito y, años después, en una película de culto. Sin embargo, para la comunidad pokerística, lo mejor que hizo Rounders fue aclarar que el Texas Hold’em no es un juego de azar al uso y que existen motivos para que los que ganen sean siempre los mismos. Dahl evidenció que la habilidad es esencial para convertirse en un buen jugador de poker.
John Dahl le ha pasado el testigo a Brad Furman (director del gran éxito de taquilla El Inocente) quien está a punto de estrenar la secuela de nuestro amado film, a la que ha titulado Runner Runner. Entendemos que nunca podrá estar a la altura de su predecesora, especialmente por la diferencia de contextos, pero esperamos que al menos se deje ver y sacie nuestras ganas de ver poker en la gran pantalla. Por lo pronto el trailer promete, juzguen ustedes mismos:
