Cierra los ojos y pide un deseo. Bueno, a lo mejor no tanto, pero si esto se acerca bastante a algunos de nuestros mejores sueños. Acaba de aprobarse una enmienda a la ley del juego online de Nevada que permitirá al estado firmar convenios con otros países regulados para compartir liquidez de jugadores.
De esta manera, nosotros podríamos jugar con los residentes de Nevada y ellos con nosotros. El Senado y la Asamblea del estado de Nevada ya aprobaron en su día la enmienda que permitía los acuerdos interestatales dentro de los Estados Unidos y parecía lógico que éste fuese el siguiente paso.
Nevada tiene menos de 3 millones de habitantes y existen ciertas dudas sobre la viabilidad económica de sostener una industria con un pool tan pequeño. A pesar de ello, Nevada, Delaware y New Jersey, los otros dos estados que pueden otorgar licencias en Estados Unidos, no han conseguido acercar posturas. Se consideran rivales a la hora de liderar el poker online en su país y no están por la labor de colaborar.
Todo esto a nosotros nos viene a las mil maravillas. Mientras no se legalice el poker online en todo Estados Unidos y mientras se empeñen en buscar fuera lo que tienen en casa, a nosotros se nos abre un mundo infinito en el horizonte.
Lo que hace falta para ser considerados unos socios aceptables por parte de Nevada es cumplir los «requisitos correspondientes». No se sabe exactamente cuáles son esos requisitos y la Comisión del Juego de Nevada es famosa por quisquillosa, pejiguera, estricta y todo lo que se nos pueda ocurrir. Ellos son quienes se encargarán de hacer las recomendaciones y establecer la duración y los términos de los acuerdos al gobernador Sandoval, ese hombre encargado de firmar los papeles.
Cómo se distribuirían los ingresos y los impuestos es algo que todavía está en el aire. En realidad todo está en el aire. En este caso, querer no es poder o al menos no lo que nosostros queramos. Será lo que ellos quieran.
Sea como sea, es una noticia cojonuda y nos va a permitir echar la imaginación a volar con más esperanza que de costumbre.