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Neil Johnson hace autocrítica del estreno del PSC en Bahamas

Ahora mismo, seguro que hay un montón de papeleo en las oficinas del departamento de poker en vivo de PokerStars. Neil Johnson debe estar recibiendo todo tipo de informes sobre el resultado del estreno del nuevo circuito global de la sala, el PokerStars Championship, desde que se dio por terminado el pasado fin de semana en el Atlantis Resort de Bahamas.

Pokernews ha intentado indagar sobre las primeras impresiones de Johnson sobre el resultado del festival, y el directivo ha mostrado una saludable dosis de autocrí­tica, pese a mantener una postura de relativa satisfacción frente a la opinión pública.

Pero empezemos por el principio. La elección de Bahamas para presentar el circuito ha tenido y tendrá un impacto directo en la apreciación sobre el festival. A nadie se le escapa la lógica de reforzar el nuevo carácter global del PSC soltando amarras desde un destino alejado de Europa, y ninguno mejor que el único que ha estado ligado al EPT durante casi una década. PokerStars lleva trabajando con el personal del Atlantis un porrón de años, el grueso de tu clientela habitual ha procesado ese viaje como una rutina dentro de su agenda anual y el prestigio de la parada a nivel internacional es inmenso.

También permite establecer comparaciones con ediciones pasadas, que es estupendo para analizar la respuesta a los escasos cambios realizados, pero ha resultado ser un arma de doble filo, ya que esos datos están también en manos del público y, desde luego, no se puede ocultar que la participación en el PSC Bahamas ha sido decepcionante.

Ha habido un bajón sustancial en la afluencia al evento principal, aunque no suficiente como para hablar de fracaso de un pedazo de un torneo de 5.300$ con 738 jugadores en liza y una retahí­la de grandes nombres del circuito repartidos por las mesas. Donde sí­ tuvo peores consecuencias la falta de demanda fue en los paralelos, con cifras en algunos casos ridí­culas.

El ejemplo más doloroso fue el High Roller de Pot Limit Omaha de 25.000$, donde solo se consiguieron cuatro registros, pero hubo más eventos con cifras de asistencia de un solo dí­gito, incluso cancelaciones, y caí­das muy fuertes respecto a ediciones pasadas en los paralelos más clásicos del festival. Johnson culpa de ello a la acumulación de eventos.

Definitivamente vamos a tener que echarle un vistazo al tema del calendario para el año que viene. Habí­a demasiada oferta este año, demasiados torneos que se solapaban.

Creo que es una visión demasiado simplista. Estoy seguro de que lleva razón. No creo que haya nadie más capacitado en este mundillo para detectar discrepancias en la agenda, pero creo que se deja en el tintero factores igual de influyentes.

La fama que adquirió Bahamas como destino de poker entre los jugadores online se cimentó gracias al programa de recompensas de la sala. Los Supernova Elite eran invitados a escoger un par de torneos al año como regalo por su lealtad a PokerStars, y tanto Bahamas como Mónaco se beneficiaban de esta oportunidad, como destinos más exclusivos a los que echar mano. Es cierto que este privilegio se revocó hace años y que el impacto en las cifras deberí­a estar ya descontado a estas alturas, pero hay gente que seguí­a acudiendo por inercia, clientela satisfecha, que intentaba abaratarse el viaje gracias al programa de satélites. Y este cada año es peor.

La falta de incentivos para grindar también ha restado afluencia a los satélites. En otras épocas, docenas de jugadores utilizaban los sits clasificatorios hyperturbo para multitablear y rakear como locos, y una vez te sacabas una docena de paquetes convertibles a cash, y asegurabas los bonos del sistema VIP, pues te dabas el capricho de guardarte una entradita para las merecidas vacaciones después del esfuerzo final del año para cuadrar el Elite.

Y los cambios para esta edición han sido aún más perjudiciales. Uno de los reclamos que PokerStars manejó este año para Bahamas fue la inclusión de paquetes de viaje y entrada como premio especial para sus Spin&Go de 10$. Johnson, aún a toro pasado, sigue defendiendo la idea.

Los clasificatorios en los Spin&Go han sido un éxito tremendo. Estimo que han sido unos 140 jugadores clasificados a través de los Spin&Go.

Un evento de 5.300$ en un paraí­so como es Bahamas debe ser una experiencia irrepetible para jugadores que están acostumbrados a pagar 10$ como entrada a sus torneos, y es maravilloso que tantos de ellos hayan tenido la oportunidad de vivirlo. Pero, sinceramente, ese no es el público al que debe dirigir sus esfuerzos PokerStars. El propio Neil Johnson, intentando alabar las virtudes de la idea, da una de las claves para el fracaso de público en los paralelos.

Hubo unos cuántos clasificados online en los Spin&Go que ni aparecieron. Es fenomenal que haya gente dispuesta a donar cinco mil dólares a sus compañeros de poker. Seguro que Cliff Josephy y Christian Harder agradecen el gesto.

Lo del dinero muerto en el evento principal es lo de menos. Lo que se demuestra es que se ha concentrado el esfuerzo promocional para los satélites en el sector equivocado de la clientela. Los satélites deben ser un vehí­culo para que los jugadores de torneos abaraten su viaje y puedan disponer de efectivo para completar su agenda jugando otros torneos. Si tus clasificados online no tienen ni intención de aparecer al evento en el que tienen entrada gratuita, ¿crees que van a viajar y pagar algo por jugar un paralelo?

Los paquetes entregados en los Spins fueron casi exactamente la mitad de los que se pusieron en juego en las distintas promociones de la sala. Una oportunidad desaprovechada de desplazar al Atlantis a personas que tuvieran interés en jugar lo más posible allí­.

Ahora, el PokerStars Championship va a dar un salto al vací­o. El siguiente destino es Panamá, una ciudad donde PokerStars ya ha organizado torneos, pero nunca del calibre de un evento principal de 5.300$. No creo que nadie sepa si el contingente de jugadores europeos va a permanecer leal al PSC y va a viajar fuera de la Unión como viajaba dentro. O si los jugadores oriundos de la zona de influencia de Panamá City están dispuestos a dar el salto de jugar eventos de 1.000$-1.500$ a otros que cuestan más del triple. Aunque admite que es poco probable que el PSC Panamá se convierta en un bombazo, Johnson dice tener buen feedback, e incluso se atreve a dar estimaciones.

Hemos hablado con un cierto número de jugadores que están ansiosos por la oportunidad de visitar un lugar nuevo. Una ciudad preciosa, una gran vida nocturna, con un buen clima y con la posibilidad de jugar contra gente a la que nunca te habí­as enfrentado. Creo que veremos a mucha gente dándole una oportunidad a Panamá y Macao.

No ponemos nuestras expectativas en la Luna. Calculo alrededor de 500 jugadores (en el evento principal). Va a ser un gran experimento y será interesante ver cómo sale.

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