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Negreanu regala salsa con su definición del peor jugador de poker

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Daniel Negreanu no está contento con los High Rollers.

Su continuos desencuentros con los jugadores de high stakes son ya parte de su leyenda. Es un clásico que quien no le quiere bien recurra a menospreciar al Team Pro de Pokerstars asegurando que es incapaz de ganar a los mejores jugadores online. No menos clásico es que el canadiense muerda el anzuelo y se lo tome… regular.

Uno de los ángulos por los que suele contraatacar Negreanu es por el comportamiento de los High Rollers provenientes del poker online en el poker en vivo. Hay que decir que estos tampoco hacen demasiado por quitarle la razón.

Los observadores del comportamientoque comparten nuestra afición, que los hay, encontraron un laboratorio de pruebas perfecto en el Pokerstars Players Championship. El torneo de Bahamas obligó los High Rollers a mezclarse con la plebe en uno de esos torneos de 25.000$ que suelen estar acotados para su disfrute personal. La primera imagen viral del torneo fue una foto que corrió en Twitter de un jugador profesional acorazado con gafas, capucha y bufanda frente a tres o cuatro modestos ganadores del Platinum Pass anonadados por la actitud de uno de sus referentes.

La imagen era ciertamente dolorosa. Personalmente, me resulta detestable, pero no por norma, sino por dimensión. Está bien que un jugador no quiera dar la mí­nima ventaja a un rival, pero la exageración de este caballero frente a una oposición que prácticamente supone dinero muerto para alguien con su calidad y conocimientos rozaba el ridí­culo.

El análisis sobre la imagen que dan del poker este tipo de situaciones ha venido coleando desde que terminó el festival de Bahamas. Tampoco viene de ahora. Es un tema quizá ya un poco manido, pero le ha venido como un guante a Negreanu un dí­a que se levantó con ganas de agitar un poco el avispero de su timeline.

Daniel, que no es muy de señalar con el dedo, sino de tirar generalidades y esperar a que alguien se dé por aludido, redactó un tuit en el que listó las cinco caracterí­sticas que definen al que para él serí­a el compañero de mesa posible.

En el post original, Negrenu elegí­a estos defectos como los más desagradables en un rival.

  • Winner – Ganador
  • Slow – Lento
  • Quiet (Also Miserable) – Callado ( y también triste)
  • Nit (Cheap/Selfish) – Agarrado (rata/egoí­sta)
  • Hater (Complainer/Negative) – Odioso (quejica/negativo)

A nadie le gusta tener a un tankeador en la mesa, ni al tí­pico que está todo el dí­a protestando o echando mierda sobre los rivales. Aquí­ juega sobre seguro. Pero claro, la salsa estaba asegurada cuando eligió Winner como la palabra con la que encabezar su lista. Sobre todo él, abogado de una causa tan polémica como es la cruzada contra los regulares emprendida por su sala.

Sorpresa. Se desató la tormerta. Se formó cola para contestarle. En el colmo del buenrollismo, tan rayano con el recochineo, aceptó corregir su premisa, borró el tuit y lo volvió a redactar para decir «básicamente lo mismo, pero de manera menos agresiva»: estas son las cosas que te convierten en un buen candidato para una partida de poker.

Negreanu juega aquí­ con los antónimos, reafirmándose ante los ofendidos amagando con una inexistente intención de recoger cable.

Hombre, cualquiera quiere sentarse con gente que agiliza la partida, saca buenos temas de conversación, te felicita cuando le ganas y de paso invita a las cervezas. Solo faltaba. Y si pierde pasta, ya es la repera. Negreanu reconviene a quienes se quejaron de su elección inicial con un requiebro: «Si cumples cuatro de estas cinco cosas pero además ganas dinero, también serí­as una adición muy agradable a cualquier partida de poker«.

Pues sí­, pero no. O no, pero también.

Es decir, el poker es un juego con repercusiones económicas, El hecho de que haya dinero en juego es parte integral de la partida. Es una ocurrencia indefendible intentar señalar como defecto en un jugador de poker que este tenga la intención de ganar, o que el hecho de ser capaz de traducir en rendimeinto económico su mayor habilidad, esfuerzo, capacidad o suerte le convierta en peor compañero de partida.

Todo lo demás que Negreanu indica en sus tuits se puede aplicar igual a un club del libro, a una asociación de amas de casa o a los compañeros de parchí­s. Mejor que sean simpáticos, afables y que se inviten a algo. Claro que sí­.

Por ahí­ es por donde fallan algunos de los integrantes del circuito de los High Rollers. Es cuestión de grado. No hay ninguna necesidad de mostrarse frí­o, reservado o incluso impertinente para preservar la integridad de tu ventaja sobre el rival.

El hieratismo y la introspección que actúan de escudo ante la búsqueda de información de los rivales son estadaos en los que se puede entrar y de los que se puede salir a voluntad, Los auriculares, las gafas de sol, y el resto de adminí­culos que pueden impedir seguir con efectividad las instrucciones del crupier o la socialización entre manos no son lo más recomendable en una reunión interactiva como es una partida de poker. Plantear de manera permanente todos estos obstáculos para una mejor experiencia pokeril es un exceso de egoí­smo indudable, ante los rivales y ante una hipotética audiencia.

Siempre hemos defendido la importancia del aspecto social del poker, especialmente en la cara más pública de nuestro juego, los grandes torneos y las partidas televisadas. Ahora, querer mezclar estas obviedades con el hecho de que un jugador sea ganador o no… Por ahí­ sí­ que no, Daniel. Un pobre intento.

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