Inicio Actualidad de poker Daniel Negreanu aboga por la integridad y la transparencia

Daniel Negreanu aboga por la integridad y la transparencia

455

Hací­a tiempo que no escuchábamos hablar a Daniel Negreanu en su habitual video-blog. Lo cierto es que tiene algo «descuidado» su «Weekly Rant«, pero apenas hace unas horas, el pro canadiense nos ha obsequiado con otro video en el que ha tocado diferentes palos.

El video es extenso, dura 25 minutos, y os lo adjuntaremos abajo para el que entienda inglés y quiera escuchar lo que dice de su propia voz, pueda hacerlo. Para los que no os manejéis con el idioma de Shakespeare, os haremos un pequeño resumen sobre lo que dice Negreanu.
En primer lugar nos cuenta unas batallitas de sus inicios en el mundo del poker y las apuestas, para introducir el tema principal de este video: la integridad y la transparencia en este mundillo.
«Cuando era un adolescente, además de estar interesado en el poker, estaba muy interesado en el mundo de los deportes. Recuerdo que tení­a un grupo de amigos, en el que nos gustaba apostar a todo. Un dí­a apostamos sobre el baseball. Ellos, sobre el papel, eran los grandes favoritos, y yo era el que iba contra marea. Recuerdo una noche en la que estaba jugando en una poker-room, y comprobé cómo iban los resultados de los 8 partidos a los que habí­a apostado. De esos 8 partidos, iba ganando en 7 de ellos, y empatando en uno, por lo que me sentí­ bastante satisfecho: tení­a pinta de que iba a ser un gran dí­a de cobro. Entonces me fui a casa, caí­ dormido como un angelito, y cuando me desperté a la mañana siguiente, estos chavales me llamaron por teléfono, y me dijeron: ‘tenemos que echar cuentas’. Y yo pensé: ‘¡ya te digo si tenemos que echar cuentas! Hoy es dí­a de cobro’. Lo cierto es que ni me molesté en comprobar los resultados finales cuando me desperté. Entonces les pregunté: ‘¿Cómo quedó la cosa? ¿Cuánto me debéis?’, y su respuesta fue: ‘¿Te debemos? ¿Querrás decir, cuánto nos debes? Nosotros ganamos. Ganamos los 8 partidos’. Inevitablemente, salté de la cama y me puse a mirar los resultados. En uno de ellos í­bamos ganando 7-0, y acabamos perdiendo. En otro partido í­bamos 7 a 2 en la 9.ª entrada, y nos acabaron empatando. En la 10.ª entrada (la del desempate), acabamos perdiendo 10-7. Entonces, me di cuenta que efectivamente, habí­amos perdido los 8 partidos a los que yo habí­a apostado. Echando las cuentas, resulta que les debí­a 8.500$. Yo no tení­a ese dinero, pero las buenas noticias eran que otro grupo de chavales, me debí­a 11.000$, el problema era que éstos no contestaban mis llamadas por lo que la cosa se me poní­a cada vez más complicada. No sabí­a ya qué hacer. En esos momentos tení­a como 2.300$ a mi nombre, estaba en un apuro bastante gordo. Esperé como una semana a ver si los que me debí­an dinero se decidí­an a dar señales de vida, pero nada, lo cual me poní­a entre la espada y la pared. Tení­a que contar la verdad a estos chicos a los que les debí­a tanto dinero: no podí­a pagarles aunque tení­a toda mi intención. La verdad fue embarazoso tener que agachar la cabeza y contarles la verdad. Lo cierto es que eran unos chavales geniales, muy buena gente. Eso me ayudó a sobrellevar la situación. Me armé de valor y les conté la situación. No querí­a perder la credibilidad en aquellos momentos. Ellos valoraron mi frontalidad y mi transparencia. Entonces aprendí­ a valorar la responsabilidad que hay que tener en este mundillo. Finalmente, hicimos un trato. Ellos sabí­an que yo era un buen jugador de poker, y que podí­a jugar Limit Hold’em 10/20$, así­ que hicimos un trato por el que yo les pagarí­a 500$ cada semana hasta saldar la deuda. Así­ lo hice, lo cual por cierto me ayudó a mejorar la estrategia y a ser lo que soy hoy en dí­a. Entonces llegaron las Navidades. Yo hasta entonces les habí­a pagado puntualmente cada semana. Pero llegó una ocasión, en la que yo iba a pagarles, y decidieron darme una ‘bola extra’. Me perdonaron una semanada de 500$, cosa que no tení­an por qué hacer.
Al mismo tiempo, mientras yo saldaba mi deuda, uno de estos chicos coincidió conmigo en el instituto. Yo le agradecí­ enormemente que no me delatara, que no contara a los 7 vientos que yo tení­a una deuda con ellos, que fuera discreto al fin de cuentas. Fueron comprensivos conmigo, y no me dejaron en evidencia delante de nadie, creo que gracias en gran medida a que fui honesto con ellos y les conté la verdad.
Creo que toda esta historia me ha venido recientemente a la cabeza debido a muchas de las cosas que vemos en el poker de hoy en dí­a, y que tiene que ver con mucha gente que debe dinero a otros. Por ejemplo, en mi caso, en las pasadas WSOP®, yo banqué a 3 jugadores. Pues bien, esos tres jugadores acabaron pegándomela y hoy en dí­a me siguen debiendo dinero, según ellos por diferentes motivos: uno porque decí­a que tení­a hijos y necesitaba el dinero, otro por algo parecido y el otro simplemente porque se fundió el dinero. Yo entré en shock. Pensaba que eran chicos responsables, í­ntegros y honestos.
Cuando cada uno de ellos me contó sus motivos, vi en sus ojos la misma sensación que cuando yo tuve que decirle a aquellos chicos que no podí­a pagar mi deuda. Los que me debí­an dinero sabí­an que estaban equivocados, que no estaban haciendo lo correcto. En ningún momento me apiadé de ellos. Todos sabí­amos que estaban actuando como una mierda. Mostraron falta de honestidad, de integridad, y tal vez en parte por todo eso, decidí­ contar aquí­ estas historias. […] Quién sabe, tal vez algún dí­a me devuelvan el dinero, tal vez no. Quiero pensar que no me equivoqué tanto, y que estos chicos tienen la suficiente integridad como para algún dí­a reconocer sus errores y enmendarlos […]».
Tras estas batallitas de su infancia y de su más reciente actualidad, que al fin y al cabo lo único que hace es introducir el tema que Negreanu en esta ocasión quiere tratar, pone algunos ejemplos de jugadores conocidos por todos, que recientemente también han cometido actos «deshonestos», sabidos por todos:
«Supongo que todo este asunto también está relacionado con otro asunto importante. Tengo un amigo, que todos conoceréis, que también cometió algunos actos incí­vicos, horribles la verdad, de los cuales no puedo apiadarme, no hay excusas para las cosas que hizo […], pero que por otra parte, por lo menos fue capaz de aceptar y pedir disculpas por ello. Me refiero por ejemplo al caso de Justin Bonomo, quien como muchos ya sabréis hizo algunas cosas, cómo decirlo, precisamente no muy honrosas, cosas que tení­an que ver con ‘multicuentas’ en salas online. U otro ejemplo, como puede ser Sorel Mizzi, que también estuvo involucrado en algunos asuntos turbios en tiempos pretéritos, pero en cambio creo a ciencia cierta que él se siente arrepentido de aquellas cosas y hoy en dí­a es un hombre nuevo. Lo creo al 100%, tal vez no antes, pero hoy en dí­a sí­. O por qué no mencionar otro nombre: Brad Booth, quien por cierto no sé dónde está en estos momentos. Sé que tiempo atrás debí­a un montón de dinero a distintos jugadores, mintió, jodió a un montón de gente, antes de hacer ese ví­deo en el que pedí­a disculpas a todos ellos. Y es que ese es el primer paso que hay que dar para poder volver a ser alguien dentro de este mundo. Pedir disculpas y aceptar responsabilidades«.
Concluyendo:
«Todo el mundo es capaz de mantener limpia su palabra, siempre y cuando sea una persona í­ntegra con los demás y consigo mismo […]. Pero si alguien te roba dinero, da exáctamente igual para qué te ha robado ese dinero. No hay excusas, se ponga cada uno como se ponga. De todas formas, si tenéis otra opinión y la queréis compartir conmigo, estaré encantado de escucharla».
Tras esto, hace una referencia a su nuevo corte de pelo, antes de pasar a otro tema en el cual Negreanu se ha mostrado muy crí­tico en los últimos tiempos: el reloj «de posesión» en los torneos en vivo:
«Me gustarí­a mostrar aquí­ cuáles son mis convencimientos sobre el asunto del ‘reloj de posesión’. Lo cierto es que en los dos últimos torneos que he jugado, no he sentido su necesidad, creo que porque un alto porcentaje de jugadores eran amateurs, ya que creo que ellos no invierten tanto tiempo en cada decisión, como pueden hacer los profesionales, por ejemplo ‘Durrrr’, quien ya admitió que puede tener parte de culpa en que la gente le quiera imitar».
«Creo que habrí­a que tomar la misma decisión que en su dí­a tomó la NBA. Hubo un partido hace muchos años que acabó con un tanteo de 18-19. Entonces los directivos de la NBA se dieron cuenta que habí­a que hacer algo, que fuera bueno para el juego y también para los espectadores. Fue entonces cuando se introdujo el reloj de posesión de 24 segundos. Lo mismo pienso cuando se retransmite una mesa final por streaming, que se acaba haciendo pesado incluso para los que lo están viendo. Y no digo con esto que esta idea sea aplicable solo a los torneos televisados. No creo que sea porque la gente quiera salir más en la tele, sino porque ya lo han adquirido como algo normal».
«Lamentablemente, en nuestra cultura lo de pedir tiempo sobre algún jugador, está considerado como algo malo, algo descortés, pero en realidad, todos tenemos ese derecho cuando estamos sentados en una mesa. Y es por eso que hace dí­as anuncié que de ahora en adelante, pediré tiempo siempre que así­ lo considere, sin importarme quién tenga en frente, así­ que espero que no os lo toméis como algo personal, porque no lo es. Pienso hacer lo siguiente: cada vez que me siente en una nueva mesa, haré saber a todos sus integrantes que si se demoran más de 2 minutos para cada decisión, pediré tiempo, para que ninguno se sorprenda ni se lo tome como algo personal. Así­ pues, tendrán 3 minutos para tomar su decisión, lo cual considero más que suficiente, máxime cuando muchos de ellos están acostumbrados a jugar montones de mesas online teniendo que decidir en pocos segundos».
«Muchos piensan que esto podrí­a acabar cambiando la dinámica del juego, pero yo os aseguro que no es así­. Al final nos acabamos adaptando a lo que tenemos. Por ejemplo, en Australia, en el Aussie Millions, jugamos un torneo de 100.000$ de entrada con un reloj de tiempo de 30 segundos, y ¿sabéis cuántas veces hubo que matar una mano porque el reloj se habí­a agotado? ¡Cero! Eso demuestra que el reloj puede funcionar realmente bien. Así­ que por eso he tomado esa decisión, que por cierto, si queréis emplear contra mí­, me parecer perfectamente válido y lí­cito».
«Pero eso sí­, aseguraros de que sois equitativos cuando hagáis esto. Yo procuraré serlo también, aunque a veces me cueste o aunque tengáis en frente algún amigo. Por ejemplo, una vez estaba sentado en una mesa con Vanessa Selbst y Andrew Lichtenberger. Ellos dos estaban en una mano en un torneo que estábamos jugando en el Bellagio. Yo en ese momento me sentí­ mal por dentro, como diciendo: ‘¿cómo le voy a pedir tiempo a Vanessa?’. Pero al mismo tiempo, pensaba que no podí­a tratarla diferente solo por tener una amistad con ella, así­ que finalmente lo hice. Creo que es lo justo«.
Y tratado el tema del reloj, no podí­a finalizar su intervención sin antes hacer su alusión de rigor a Howard Lederer:
«Con esto acabo este video. Me gustarí­a puntualizar que lo que he contado al principio, es mi opinión personal. Veo en todo ello un montón de diferencias sobre lo que he contado sobre mí­ y otros jugadores, a lo que ha ocurrido con todo el asunto que rodea a Howard Lederer. Justin Bonomo admitió su culpa, Sorel (Mizzi) y Bratt Booth hicieron lo mismo. Pero en cambio, Howard todaví­a no ha sido capaz de entonar el ‘Mea Culpa’. Sigue queriendo adoptar la postura de que nunca ha estado equivocado, fueron otros. En algún momento ha parecido que se ha querido disculpar, pero sinceramente a mí­ no me ha dado esa sensación, así­ que por lo que a mí­ respecta, no es suficiente con eso«.
Este es el resumen de lo comentado por Negreanu en su último video, que por cierto, aquí­ os colgamos para el que lo quiera escuchar í­ntegramente.