Es realmente complicado sustraerse a la euforia generada tras la reunión de varios reguladores europeos en París el mes pasado. Los mercados del Sur se han dejado de medias tintas y han reconocido sin ambages que establecer una liquidez cerrada fue un error absoluto.
Francia es quien lleva la voz cantante en este mea culpa. El ejecutivo francés está a punto de firmar la entrada en vigor de la ley que permite abrir su mercado a otras naciones europeas con regulaciones similares, y es prácticamente un hecho probado que Francia e Italia están en negociaciones para compartir liquidez.
Parece un triunfo, quizá el definitivo, para aquellos que nos hemos roto los dedos denunciando la poca inteligencia aplicada a la hora de establecer mercados cerrados, pero se nos está olvidando un factor vital de la ecuación. Los impuestos.
Cuando se extendió la fiebre de la regulación del juego online por Europa, a nuestros políticos se les llenó la boca con la preocupación por garantizar los derechos del consumidor, pero el verdadero afán del proceso era recaudar impuestos. Digan lo que digan.
Igual que cada país hizo lo que vio oportuno con su regulación, a falta de un modelo europeo unificado, la carga fiscal sobre los operadores y jugadores se distribuyó de la manera que mejor le pareció a cada cual. La disparidad en la fiscalidad del juego online en Europa es semejante a la que hay entre las leyes del juego de cada país, si no mayor.
La peor de todas, con diferencia, es la que hay establecida en Francia. La lógica acabó dictando que el GGR (Gross Gaming Revenue), los ingresos brutos, fueran la base de la presión fiscal en la mayoría de modelos, pero no en el país vecino. En Francia se pagan impuestos en cada bote. La Hacienda francesa recauda directamente un porcentaje de cada mano.
El resultado es que el sistema fiscal francés es el más predatorio de todos, del tenor de un 40% real, y ha provocado la rendición y desaparición de numerosos operadores, obligados a cargar un rake desmedido a sus jugadores.o cerrar el negocio.
Pues si las fuentes de las que bebe Assopoker están en lo cierto, para las plataformas de juego online es imposible registrar dos tipos de fiscalidad distinta una vez se produzca la liquidez compartida, y Francia no está dispuesta a renunciar a su modelo fiscal y pretende imponérselo al resto de los operadores.
Tan grave es la discrepancia entre las políticas fiscales de los dos países que la web italiana se ve obligada a posicionarse contra la liquidez compartida, ya que un acuerdo entre Francia e Italia supondría doblar la presión fiscal sobre los jugadores italianos.
Nuestros compañeros sospechan que la búsqueda de una liquidez internacional no es producto de una entrada en razón de los políticos franceses, sino la única y desesperada alternativa a la rotunda negativa a cambiar el modelo fiscal, que es el que está provocando el desmantelamiento del sector en su país.
Por ahora, parece que son Portugal e Italia los países que están en conversaciones avanzadas con Francia. El caso español sería un calco del italiano, pues ambos países cobran sus impuestos respecto al GGR de cada operador, un 20% en Italia y un 25% en España. Una unión de los mercados español e italiano tendría muchísimo más sentido, pero quizá no vean la necesidad que sí tienen los franceses, que han ordeñado a sus operadores mucho más de lo qie el sector puede soportar.
A falta de una solución técnica que resuelva de modo satisfactorio los problemas de la liquidez compartida, quizá sean los jugadores los que se tengan que oponer a la unión de los mercados. Paradojas de la vida. Virgencita, virgencita…