En plenas Series Mundiales, con la temporada alta recién comenzada, había dos habitaciones en el Paris que no tenían huésped asignado.

En una de ellas, el equipo de seguridad del hotel hacía guardia chequeando los monitores que mostraban distintos ángulos de la otra estancia, en la que, a modo de cebo, quedaban a la vista una cartera con dinero, algún dispositivo electrónico y piezas de equipaje sueltas para dar la impresión de estar ocupada.

El día 2 de junio, un intruso forzó la entrada a esta habitación, cometió distintos hurtos frente a las cámaras de seguridad y fue detenido por la policía de Las Vegas.

Se trataba de un sujeto de 44 años que había entrado en otras seis habitaciones durante la misma madrugada. En todas ellas había gente durmiendo dentro. Solo fue interrumpido dos veces por clientes que se despertaron sobresaltados, y en una de estas ocasiones, aún así, consiguió robar el dinero de una cartera.

La oleada de quejas de residentes en el Paris que se lamentaban de robos en sus cuartos llevaba ya dos meses preocupando a la dirección del hotel, que planeó la trampa estudiando el modus operandi del intruso. Siempre forzaba habitaciones cercanas a los ascensores, por ejemplo.

Solo había que esperar a que, de las 2.916 habitaciones de la propiedad, se decidiera a probar con la que iba a recoger las pruebas suficientes para una segura condena.

A la mañana siguiente se jugaba el 25k $ Heads-Up Championship, y es probable que varias de las habitaciones en las que entró aquella madrugada y en las que se alojaban hombres solos correspondieran a alguno de los más de 6.000 participantes del tercer flight de los Mistery Millions 1.000 $.