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Jugando ases en Omaha Pot-Limit, por Andrew Black

«Omaha es un juego en el que lo que pescas en las cartas comunes es generalmente más importante que las cartas con las que comienzas una mano».

Los jugadores principiantes de Omaha Pot-Limit tienden a cometer más errores con los ases que con cualquier otra mano. Se meten en situaciones realmente difí­ciles, que les pueden hacer perder mucho dinero. Evitar estas situaciones es una de las claves para jugar OPL de forma rentable.

Veamos un ejemplo. En una mesa de $2/5 en la que todos los jugadores tienen unos $500, hay un jugador en posición inicial que raisea a $15 y un jugador en posición media que re-raisea a $50 con AAxx. Otros cuatro jugadores igualan los $50. El flop trae J72 de distintas palos. En este caso, los ases pueden ser buenos o no; es muy difí­cil saberlo. Esta es la clase de situación en que es muy fácil cometer un gran error, tanto apostando un montón de dinero con una mano perdedora como foldeando la mejor mano.

Los jugadores principiantes de OPL se meten en esta clase de problemas porque no entienden realmente las diferencias entre Omaha y Hold ‘em. En el Hold ‘em, si comienzas con un par grande, como AA o KK, sabes que eres el gran favorito pre-flop. Pero este no es el caso en Omaha. Por ejemplo, pre-flop gana solo el 51% de las veces cuando se enfrenta con . Si cruzas un par de manos de este tipo, los ases pre-flop se vuelven muy vulnerables.

Al poderse dar tantas combinaciones de cartas y jugadas, en Omaha es mucho más importante conseguir una buena jugada o proyecto con las cartas comunitarias que tener buenas cartas pre-flop. En el flop buscamos armar grandes manos -la escalera mas alta, el color más alto y grandes trí­os.

Aun así­, las manos que contienen ases son usualmente favoritas cuando jugamos heads-up. Con ases siempre tenemos la oportunidad de armar el trí­o más alto o, si tenemos otra carta del mismo palo que uno de los ases, podemos conseguir el color más alto. Por tanto, podemos jugar estas manos, pero en general hemos de actuar en el pre-flop de manera más cauta.

Si hay un raise en posición temprana, no hemos de re-raisear con AAxx, especialmente si ese re-raise compromete una parte pequeña de nuestro stack. Cuando todos los jugadores tienen stacks importantes, algunos se sentirán cómodos e igualarán nuestra apuesta para ver el flop. Entonces será más probable que nos encontremos en situaciones como la descrita anteriormente. No sabremos si nuestra mano se acomodará al flop. Y cuando sí­ consigamos el trí­o de ases, será poco probable que haya mucha acción, ya que nuestros oponentes no tendrán muchas dificultades de leer nuestra mano.

Por otra parte, en ocasiones sí­ será recomendable jugar los ases de forma agresiva en el pre-flop. Cuando ha habido mucha acción y un raise nos permite meter en el bote tres cuartas partes de nuestro stack antes del flop, podemos hacer una gran subida. Con ella, intentaremos forzar algunos folds y tratar de jugar heads-up. Con tanto dinero comprometido, el resto de nuestro stack acabará en el bote en el flop, sin importar las cartas que aparezcan sobre la mesa.

Por supuesto, una vez que estemos en la mano, los ases podrán conducirnos a situaciones post- flop muy rentales. Podremos armar el trí­o más alto o el color más alto mientras nuestros oponentes arman un trí­o o un color más bajo.

En sí­ntesis: hemos de mantener la calma con los ases pre-flop en Omaha Pot-Limit. Jugando más tranquilo podremos ganar botes más grandes cuando consigamos una gran mano. Y evitaremos perder mucho cuando las cartas de la mesa no nos sean favorables.

Andrew Black es jugador profesional de Full Tilt Poker

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