1. Flexibilidad
Esta cualidad juega claramente a favor de los juegos por dinero.
La mayor flexibilidad se advierte en la disponibilidad de tiempos, en los niveles de apuestas o en el tamaño de las mesas.
Es cierto que, online, la oferta es tan grande que esta distinción es imperceptible.
Pero, sea como fuere, no podemos abandonar los torneos hasta que terminen o «nos terminen», por lo que, si nuestro tiempo es limitado, generará, innecesariamente, «problemas de familia».
En los cash games, podemos participar e irnos en cualquier momento. No hay compromiso de tiempo. Esto lo hace conveniente, también, para quienes las largas sesiones pueden ser cansadoras.
En las salas presenciales, la variedad de los niveles de apuestas es limitada pero no deja de existir la posibilidad de elección.
En cuanto al tamaño de la mesa, la diferencia es notoria en los juegos online, en los que encontramos todos los posibles, mientras que en los torneos esto se reduce a fullrings, mesas de seis o heads up. En los presenciales, la mayoría de los torneos son de ocho a diez jugadores y, en raras ocasiones, de dos.
2. Aprendizaje
Para aprender, son mejores los juegos por dinero, en tanto tienen menos requerimientos estratégicos.
Por el contrario, a quienes tienen experiencia, los torneos les ofrecen mayores matices. El juego es más selectivo e intervienen todos factores de los componentes tácticos.
Desde el punto de vista del costo, es más barato y seguro aprender en un torneo, en tanto su valor está preestablecido y es único. Uno de bajo costo y sin rebuys proporciona mucho tiempo de práctica por un valor acotado.
Además, como en la televisión, principalmente, se transmiten torneos, la modalidad resulta más familiar.
En cualquier modo se puede aprender pero, para iniciarnos, preferimos los cash games de muy bajo costo.
3. Probabilidad de obtener ganancias
Normalmente, es más factible ganar dinero en los cash games.
Ya lo hemos analizado. En los torneos, sólo gana entre el 10% y 15% de los anotados, por lo que la mayoría pierde. Además, las «bolsas» significativas son para el 3% o 4% de los participantes (los primeros lugares).
Los torneos ofrecen enormes premios y sumas garantizadas que generan grandes expectativas.
¿Cuántas veces escuchamos: «viste tal torneo, tiene $ 1.000.000 de pesos en premios»? Pero a esa información hay que «filtrarla».
Lo publicado es el monto total recaudado. Ese gran número es el premio para dividir entre todos los premiados y al ganador le corresponde, aproximadamente, el 30% o 35%.
El resto se divide entre los otros. Por ello, las grandes recompensas son para pocos.
Ganar un torneo no es fácil, aunque el juego sí es muy emocionante.
Pueden pasar meses o años sin conseguirse ganancias significativas, incluso para jugadores muy experimentados.
En los cash games, por el contrario, quizá alcance una sola ronda para ganar, y hasta puede ser la primera.
A largo plazo es diferente, triunfarán los que saben o los metódicos en el manejo de los beneficios, pero, en el corto, el azar influye y puede deparar grandes alegrías o inmensas desazones.
4. El rake
El costo de jugar también es diferente.
Si bien, porcentualmente, es más bajo en los cash games, generalmente 5% (con o sin tope), en los sit & go o en los torneos normalmente es del 10%.
¿Significa esto que es más caro? No, es al revés.
En los torneos, ese porcentaje se calcula sobre un único pozo en juego: el total recaudado. Cada jugador paga sobre su buy in.
En cambio, en los juegos por dinero se determina sobre el total del pozo de cada una de las rondas y la permanente «circulación monetaria», esto es, la cantidad de veces que las mismas fichas entran en juego, provoca que sea más oneroso.
Claro que, en los cash games, pagan los que ganan, mientras que, en los torneos, todos.
5. Fama y difusión
La televisión, las revistas especializadas, las páginas de Internet, las coberturas y las crónicas se hacen sobre los torneos y los ganadores. Rara vez se ven respecto de los cash games, salvo los de altísimo valor y jugados por profesionales reconocidos.
La «fama» la dan los torneos.
Esto puede ser una ventaja o una desventaja, según cuán «percibidos» queramos pasar. Para algunos esto es tanto o más importante que el dinero en juego y, para otros, no tiene valor o constituye una molestia, dado que rehúyen a la trascendencia.
6. Diversión
Los torneos ofrecen alternativas que los hacen más emocionantes. La estructura constante de los cash games puede aburrir, por momentos, a quienes les gusta la acción.
7. Las principales diferencias estratégicas
Las tres grandes diferencias entre ambas modalidades del juego son:
- El objetivo.
- La recompra de fichas.
- El valor de las apuestas obligadas.
En los cash games, la finalidad es ganar cada pozo y, en los torneos, permanecer «vivos» todo lo posible.
En los juegos por dinero, las ciegas son constantes y, en los torneos, van aumentando y condicionándonos.
Finalmente, en los cash games, la recompra de fichas tiene como límite nuestro bankroll, mientras que, en los torneos, está acotada.
Como el planteamiento estratégico es diferente, algunos buenos jugadores, que se encasillan en una modalidad, no logran obtener éxitos fácilmente cuando pasan a la otra.
Estamos convencidos de que, en el mediano y largo plazo, la habilidad predomina, por lo que la adaptación es un requerimiento básico, claro que los torneos requieren de una doble capacidad: la de jugar bien y la de acomodarse a sus condicionamientos.