John Duthie se ha sumado a la larga lista de presonalidades del poker que han pasado por el podcast del youtuber Joey Ingram.

Ambos comparten muchas cosas: Pasión por el poker, el gusto por una buena conversación y, especialmente, resquemor por los cambios producidos en Pokerstars a partir de la adquisición de la sala por parte de Amaya.

No hizo falta soltar demasiado carrete para hacer que Duthie tragara el anzuelo y expresara su opinión, personal y directa, sobre las cuestiones que Joey le hizo sobre la sala y sobre su relación laboral con Isai Scheinberg y posteriornente con Amaya como creador, presidente y finalmente, asesor sin voto en la dirección del EPT.

Hubo tiempo para todo. Habló también sobre Daniel Negreanu, «un tipo realmente complicado», contó anécdotas sobre gente como Johnny Chan o David Peat «Viffer», y respondió a las acusaciones de Dominik Nitsche sobre si partypoker mete a gente de la casa a jugar torneos en los que se planea un overlay.

Si vemos que puede haber overlay, cogemos los teléfonos y lo intentamos vender, lógicamente. Llamamos a gente a la que le podrí­a interesar jugar o invertir en la entrada de otros jugadores. También metemos pros esponsorizados, pero ese es su trabajo, jugar e interactuar con los clientes. Son profesionales del poker ¿Qué tiene de malo eso?

Y sobre el staff, yo personalmente he preguntado si en sitios como Punta Cana, que parece ser el centro de las acusaciones, se sentó a gente del staff a jugar y me aseguran que no ha sido así­. Coger a cualquiera y sentarlo, de todas maneras, serí­a dinero muerto.

Sabemos que en algunos de estos torneos vamos a tener overlay. Somos plenamente conscientes. Lo tratamos como parte del presupuesto de marketing.

Pero la mayor parte del tiempo la pasaron hablando de Pokerstars y de los MILLIONS. Duthie creó el EPT como una extensión de su labor como realizador de televisión, y director de persos programas sobre poker. Tení­a los contactos y la idea, pero en un principio querí­a que fuera un circuito independiente, con un patrocinador distinto para cada evento. Haciendo llamadas a las persas salas online a las que les podrí­a interesar colaborrar puntualmente con el EPT fue a dar con Isai Scheinberg, presidente de Pokerstars. Scheinberg le convenció para entrar a formar parte del grupo de la pica roja, y así­ nació el EPT.

En 2011, Duthie dejó de ser el responsable principal del circuito, puesto que pasó a ocupar Edgar Stuchly. Se mantuvo como director ejecutivo del circuito y Team Pro hasta 2012, donde pasó a tomar un papel de asesor sin derecho a decisión- -«me pagaban bastante dinero por no hacer nada. Yo tení­a que ver cómo tomaban decisiones con las que me era imposible estar de acuerdo, hasta que tuve que dejarlo»-. Luego, cuando Amaya compró Pokerstars y el EPT, Duthie sintió que destruí­an su legado.

Pokerstars convirtió el EPT en algo corporativo. Le empezó a decir a la gente «Eres afortunado por tener permiso para jugar este evento que sin nosotros no existirí­a. Debes estar agradecido». Demasiado arrogantes. Se pensaban que eran tan brillantes que podí­an hacer cualquier cosa mejor de lo que lo hací­amos nosotros, sin tener idea de poker. Yo soy un jugador y ninguno de esos ejecutivos que tomaron el control del EPT lo son. Si tengo que pagar 50$ o 10.000$ por una entrada, lo que sea, entonces, en lo que a mí­ concierne, ese es mi p**o torneo no el tuyo.

Al final de mi etapa en Pokerstars y con el EPT empecé a notar algo raro, un desprecio por los jugadores. Era como envidia por la libertad que los jugadores poseí­an y el dinero que eran capaces de ganar.

En alguno de los últimos torneos escuché al staff dirigirse a los jugadores de una manera que a mí­ me habrí­a hecho saltar de la silla. Me enfadaba muchí­simo que hubieran conseguido destruir el EPT. Ya no era lo mismo. Idiotas de marketing, no les importaba el juego, solo la marca, la marca, la marca.

Crear el Pokerstars Championship fue realmente estúpido. Una de las razones del éxito del EPT fue que era una compañí­a completamente autónoma, ajena a la sala online. Podí­amos entrar en territorios a los que Pokerstars no tení­a acceso. Cuando montaron el PSC tuvieron que cerrar torneos porque hubo casinos que ni siquiera podí­an negociar con ellos, por cuestiones legales.

El problema de base fue que en Pokerstars se empezó a hablar de verticales. Se olvidaron que eran una sala de poker, Ahora eran una vertical en una empresa de juego online. Ya no crecí­an en porcentajes de dos dí­gitos. Habí­a que mejorar resultados, y estaban dispuesto a hacer lo que fuera. Si eso implica meter formatos adictivos como el crack o la cocaí­na, pues adelante. «Que le den por el **** a los jugadores regulares, nos importan un pepino».