Una versióon de los High Rollers que está tomando mucho auge en los festivales son los torneos de un día de duración. La flexibilidad que permite a los jugadores y a la organización los hace ideales para colarlos en los huecos más complicados de llenar en las agendas de los festivales.
Ayer, en el PCA Bahamas, el diseñador del calendario encontró la oportunidad de ofertar un torneo de 25.000$ de entrada para los eliminados del Main Event -que iba a romper la burbuja en el otro lado del salón- y los High Rollers que han mantenido su reserva de hotel en Bahamas en espera del último HR de 25.000$ de tres días, así como los turbos de 10.300$ que suelen cerrar los festivales importantes de Pokerstars.
Los jugadores agradecieron la oferta, y en un festival que apunta clarísimamente a la baja -582 participantes en el Main Event, el peor dato en 13 años-, aumentaron un 40% las entradas vendidas respecto al año pasado, 58 tickets con 41 jugadores únicos por contra de los 42 registros totales de 2017.
La lista de interesados debía incluir a aquellos que se quedaron fuera de premios en el Main Event, y eso excluyó a nuestro Adrián Mateos, por lo que no hubo españoles en el torneo. Sí que estuvieron los Negreanu, Seidel, O’Dwyer y Kurganov, los nombres que han estado animando el festival desde el principio, y que dieron paso a una mesa final cargada de grandes jugadores y con cinco premios de más de 100.000$ en perspectiva.
Poco antes de la cena -y de que se supiera quien era la burbuja en el Main Event-, Ike Haxton eliminó al actual campeón del torneo, Bryn Kenney. El ex-Team Pro se fue a calmar el apetito como líder de los 11 jugadores restantes en el torneo, y aún mantenía la tercera posición cuando Cary Katz, el vigente campeón del Super High Roller 100.000$ de Bahamas rindió sus últimas tres ciegas a Tim Adams en la burbuja de la mesa final oficiosa.
Sin embargo, Haxton fue el primer eliminado en premios, caído también ante Adams, como le pasó el «bubble boy» Igor Kurganov. El canadiense se postulaba como la mayor amenaza al liderato del bielorruso Mikalai Vaskaboinikau, pero entonces surgió la figura de Jason Koon.
Pagando con ventaja a los shortstacks que pusheaban para maximizar su fold equity en zona de robo, Koon quitó de enmedio a Christopher Kruk, Chris Hunichen y Ben Pollak. Dobló su stack en el proceso y tomó el mando de la prueba con 2.250.000 puntos, con casi un millón de ventaja sobre el segundo.
El siguiente cambio importante en la clasificación llegó cuando Vaskaboinikau y Nick Petrangelo entablaron una guerra de subidas en un flop 
. Los dos estaban especulando con la equity de sus proyectos. Petrangelo se contaba demasiados outs, pues su combo con 
tenía el color pisado por el 
de su rival. El 
decidió la mano, y otorgó el bote de más de 2.500.000 puntos al bielorruso.
Tim Adams era el invitado de piedra de la mesa de tres. El canadiense a punto estuvo de dar la sorpresa y adelantar a sus competidores en el marcador, pero su segunda doblada consecutiva se vio saboteada por un as en el river, cuando sus 
parecían imbatibles para el 
de Mikalai.
Vaskaboinikau tenía una ventaja importante sobre Koon, casi de 2 a 1. Tenía que luchar contra un gran oponente y contra la presión que suponía estar jugando por conseguir que su primera caja en un torneo de 25.000$ fuera la correspondiente al ganador, pero eso no fue problema. Mucho más complicado le resultó sobreponerse a la manera en la que estaba flopeando Koon, que con un full house y una escalera estuvo a punto de sentenciar el torneo.
A pesar de las adversidades, Vaskaboinikau logró igualar de nuevo el HU y llegar a la fase de push o fold. Desafortunadamente, uno de sus all-ins directos desde botón con K alto se encontró con los 
de Koon, y ahí acabó todo.
- Jason Koon 421.080$
- Mikalai Vaskaboinikau 304.580$
- Timothy Adams 196.500$
- Nick Petrangelo 148.780$
- Benjamin Pollak 115.100$
- Chris Hunichen 89.840$
- Christopher Kruk 71.580$
- Isaac Haxton 56.140$
