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Cuando Ivey era un fish…

Phil Ivey nació en California en 1976, aunque a los tres años se mudó con su familia a la ciudad de New Jersey. Actualmente, es considerado por muchos como el mejor jugador del mundo.

Su familia ha dicho en imnumerables ocasiones que Ivey querí­a ser jugador profesional desde pequeño. El primer contacto con el naipe fue a través de su abuelo, que le enseñó a jugar a 5-Card Stud, a la par que le advertí­a sobre los peligros del juego.

Con 17 años Phil trabajaba en una empresa de telemarketing. Fue entonces cuando decidió coger cada dí­a un autobús durante 4 horas (ida y vuelta) para ir a jugar al Tropicana de Atlantic City.

En EE.UU. la edad mí­nima para entrar en un casino es de 21 años, por lo que el jugador tuvo que apañárselas para conseguir una identidad falsa ( Jerome Graham ) y así­ poder formar parte de la partida.

Atlantic City viví­a su edad de oro en los años noventa, cuando los casinos todaví­a estaban prohibidos en la costa oeste, por lo que muchos profesionales del norte se acercaban a jugar a la ‘perla’ de New Jersey.

Las cosas no empezaron nada bien para el joven Ivey. Dos figuras de renombre como Barry Greenstein y Daniel Negreanu recuerdan asombrados lo mal que jugaba Phil Ivey, o Jerome Graham, por aquel entonces. Greenstein opina que su juego era demasiado débil y Daniel recuerda como aquel joven estaba empeñado en jugar todas y cada una de las manos que se repartí­an. Dí­ficil ser ganador con esa estrategia. Con este panorama no es de extrañar que ‘la mejor cara de poker del mundo’ fuera el objetivo de los regulares y que sus pérdidas aumentasen rápidamente.

Raro, extraño, inusual…infinidad de adjetivos para definir esa situación: ¿cómo alguien tan bueno pudo jugar tan mal? ¿quizás el nivel de pensamiento de Ivey iba demasiado por delante de sus rivales?. También hay que reconocer que el poker ha cambiado mucho desde aquel entonces hasta hoy en dí­a.

Sin embargo Phil tení­a dos ases bajo su manga para poner fin a esta situación adversa: su juventud y su determinación. Y está claro que lo consiguió.

Cuando el jugador californiano contaba con 22 años de edad las cosas ya habí­an cambiado. El propio Daniel Negreanu afirma que la presencia de Ivey en la mesa era otra, que su cara no transmití­a ninguna señal de vida y que su mirada intimidaba a sus rivales, incapaces muchas veces de intentar un farol contra él. Habí­a nacido la ‘marca registrada’ de Phil.

Hay gente que cree que el hecho de haber jugado tantas manos cuando era joven le ayudó a atesorar una gran experiencia en un corto perí­odo de tiempo, por lo que se ha convertido en un jugador impredecible.

El salto de calidad lo dio cuando comenzó a viajar por el circuito profesional con Daniel Negreanu, John Juanda y Allen Cunningham. Los cuatro pros discutí­an y analizaban cada mano. Se rumorea que eran épicas las discusiones en las que John Juanda defendí­a el juego tight y Phil Ivey abogaba por su juego loose-agresivo.

En el año 2000 ya no quedaba ningún rastro de la identidad de Jerome Graham y Phil Ivey llegaba a las Series Mundiales de Poker para comenzar una serie de logros increí­bles que todaví­a no han acabado.

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