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La presión de jugarse un BMW postflop

En la pasada PokerStars European Poker Tour Grand Final de Montecarlo, el cash tuvo un papel protagonista. La partida más importante de cuantas se jugaron fue el Million Euro Cash Game, una partida queo iba a tener un buy in de 1 millón de euros y ciegas de 1.000€/2.000€.

Isaac Haxton fue uno de los invitados y la idea le sedujo instantáneamente. Se trataba de la mayor partida de cash no privada en Europa y además, se iba a retransmitir en directo por live-stream.

Lo primero que le vino a la cabeza al Team Pro de PokerStars fue cómo sacar el dinero de su cuenta online para invertirlo en la partida y también qué porcentaje de su participación deberí­a vender y a quién, pero pronto le vivnieron a la mente otro tipo de dudas.

«Es muy fácil cometer errores cuando se juega por sumas de dinero mayores a las que se está acostumbrado. Es tentador ser demasiado cauteloso y ese tipo de errores puede llegar a ser demasiado costoso. También es fácil hacer lo contrario y colarse con un mal farol o con un call heroico en exceso, sólo por dar la impresión de no parecer muy tight. Cuando en las apuestas post flop las cantidades rondan el valor de coches de lujo, casas y mansiones, es difí­cil no distraerse en mitad de ese exceso surrealista».

Hasta el último momento, la partida no estuvo asegurada. Menos mal que unos cuantos jugadores eliminados en el 25.000€ High Roller se animaron a última hora. Viktor Blom, Sam Trickett, Talal Shakerchi, Niklas Heinecker y Paul Newey aceptaron la invitación y finalmente, el buy in se redujo a 500.000€, pero manteniendo las ciegas en 1.000€/2.000€. Nada más empezar, Haxton se vio involucrado en el mayor bote de toda su carrera.

«Talal abrió a 7.000€ desde el cutoff y yo lancé la 3bet a 23.000€ desde el botón con . Las ciegas foldearon y Talal elevó el requisito hasta los 52.000€. Hice call y cayó un flop maravilloso . Talal apostó 75.000€ y yo pagué. En el turn cayó un As de otro color. Talal apostó 125.000€ y volví­ a pagar. El sueño siguió adelante con una Dama off. Talal se dio un check y yo aposté 250.000€ en un bote de más de 500.000€. Lo pensó durante un instante e hizo call. No dijo lo que llevaba, pero mi primera impresión es que tení­a un trí­o de Ases. Por si os lo estáis preguntando, sí­, ganar un bote de un millón de euros es maravilloso, incluso cuando es un cooler brutal tras una 4bet».

Las horas siguientes a esta mano fueron muy tranquilas para Haxton. Todaví­a estaba asimilando el gigantesco bote que se acababa de llevar y apenas jugó fuerte una mano en la que abrió desde UTG con AK. Al llegar el descanso, tení­a unos beneficios de 600.000€.

«A pesar de mi temprana buena fortuna en la partida, o tal vez debido a ella, empecé a darle vueltas a la cabeza de camino a la habitación del hotel. ¿Debí­ foldear aquella mano? ¿Estoy sucumbiendo ante la presión de jugar con unas apuestas tan altas? ¿Está afectando a mi juego? Luego empecé a hablar con mi esposa y a relatarle cómo habí­a jugado algunas manos y de repente, sentí­ un gran alivio al darme cuenta de que estaba utilizando la palabra «puntos» en vez de hablar de euros. La diferencia es sutil y es una distinción superficialmente sin sentido. Poner 40.000 puntos en el bote es lo mismo que poner 40.000€, pero el hecho de emplear la palabra «puntos» me indicó que estaba pensando en las decisiones a tomar y no en el dinero. Los puntos es lo que se utiliza para jugar al poker, son simples fichas, mientras que los euros es lo que se usa para pagar el alquiler».

«í‰sta es una lección a la que he tenido que enfrentarme en muchos momentos a lo largo de mi carrera. Siempre que subí­a de nivel de juego me encontraba con ansiedad y con la irrupción de mis finanzas personales en la toma de decisiones. Es algo que como jugador permanece ahí­, sin importar lo que esté en juego».

Los puntos son parte del juego y nada más. Cuando se empieza a pensar en ellos en términos de valor monetario, de lo que significa ese dinero para ti, las decisiones en el juego adquieren un peso emocional que casi seguro echarán por tierra tu capacidad para pensar racionalmente en la situación y llevar a cabo el movimiento correcto.

«Es una verdad demostrable que la gente es mala en la toma de decisiones racionales sobre el dinero. Esto es algo sobre lo que se ha escrito detalladamente en una serie de libros recientes como «Predictably Irrational» y «Freakanomics». Parece que la evolución de la inteligencia humana no ha alcanzado a la realidad de las economí­as modernas y que es casi imposible tomar decisiones sobre dinero sin emociones de por medio. Es así­ y simplemente, no hay espacio para ese tipo de emociones en una mesa de poker«.

Haxton lleva bastante razón, aunque yo conozco a más de uno que tiene los bolsillos llenos de agujeros y se lo juega todo fresquí­simo, pero bueno, tiene que haber de todo en el mundo ¿no?

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