En un blog que acaba de publicar, la Team Pro de Wianamx Gaelle Baumann acaba de hacer una reflexión bastante descarnada sobre el coste de oportunidad que sufren los jugadores que deciden cumplir la ley y llevar sus impuestos al día en uno de los países que cobran tasas por el juego a sus contribuyentes.
El tema de la fiscalidad es uno de los caballos de batalla de la comunidad del poker español desde tiempos inmemoriales. Se ha discutido hasta la saciedad sobre lo justo o injusto que es cobrar tanto a las empresas como a los clientes por la misma actividad, o sobre los quebrantos que han causado algunas decisiones incomprensibles de nuestros gobernantes -como la compensación de pérdidas-.
De lo que apenas se habla, por lo específico del tema, es de la desventaja competitiva que sufren aquellos profesionales que por razones familiares o personales deciden someterse a unas leyes que dificultan sobremanera ciertos aspectos de su trabajo. Pero ese obstáculo existe y jugadores como Baumann lo comprueban a diario cuando se comparan incluso a sus compañeros de equipo.
«El año pasado elegí instalarme en Francia y declarar mis ganancias en mi país, adaptándome a su régimen fiscal. Eso significa que, como cualquier autónomo en mi país, tengo la obligación de declarar mis ganancias y pérdidas, llevar al día mi contabilidad y pagar en función de mis beneficios a final del año fiscal«.
Baumann, que ahora comparte parche con estrellas como Adrián Mateos y Mustapha Kanit, ha comprobado como los jugadores profesionales tienen cada vez más expedito el acceso a los High Rollers. Compañeros de un perfil más modesto como Davidi Kitai o Sylvain Loosli han reforzadfo la presencia del equipo en este tipo de torneos.
«En este momento, lo que se lleva es jugar torneos High Roller. La afluencia de jugadores en los torneos de 10.000€ y 25.000€ no para de crecer. No tenemos más que mirar a mis compañeros del Team. Con lo que han evolucionado los stackings y la gestión de bankroll, cada vez son más los jugadores que pueden permitirse jugar estos torneos, e incluso recomprar dos o tres veces sin hacer peligrar demasiado su bankroll«.
Gaelle se ve con fuerzas, reputación y capacidad para seguir su ejemplo. Ya en 2013, después de ser la Last Woman Standing y 10º clasificada en la general del Main Event de las WSOP, empleó parte de los casi 600.000$ del premio en aceptar la invitación lpara particpar en el NBC World HU Championships, un especial para televisión en el que los 64 invitados tenían que pagar 25.000$ de inscripción.
Pero su condición de autónoma y fiel cumplidora de las leyes fiscales francesas no le permiten posicionarse en el nuemo mercado de bancajes.
«Ahora me es más difícil vender partes de un torneo porque entonces tendría que demostrar que las he vendido. Tendría que hacer un contrato entre las dos partes que sirva como justificante, las transacciones tienen que aparecer en las cuentas de los jugadores y el jugador que banca debe aceptar que las ganancias estén sujetas a impuestos. Al final, aparte de que es un incordio, resulta menos rentable bancar a un jugador residente en Francia (o en otro país de características similares)«.
Por culpa de su situación, Gaelle solo juega torneos en los que lleva el 100% de la acción. Sabe que es una oportunidad profesional que se le niega y que podría mejorar enormemente su carrera.
«La limitación de este planteamiento es bastante evidente: si hay menos volumen, hay menos posibilidades de conseguir buenos resultados«.
Una gestión correcta del bankroll y la conciliciación familiar le impone un calendario de festivales mucho más reducido que el de sus compañeros. Pero hay un torneo en comcreto que va a impulsar a un montón de jugadores y a ella misma a embarcarse en un shot a un High Roller de 25.000$: el PSPC Bahamas.
«Con una dotación de 9 millones de dólares y un millón para la primera posición y más de 300 jugadores clasificados gratis, este torneo se anuncia como una oportunidad increíble. Más de 130 jugadores inscritos en el torneo cuentan con menos ganancias en su palmarés que el buy-in del torneo«.
Su mente ya planea la estrategia perfecta, que debe buscar el equilibrio entre la posibilidad de aprovechar la bisoñez de los clasificados online con la abundacia de regulares que le verán al PSPC el mismo valor que le ve ella.
«Podrán coincidir en una mesa los mejores jugadores del mundo con amateurs con un nivel bastante débil que no han jugado más que algún torneo en su vida. Una especie de mini Main Event de las WSOP. Pero a medida que el torneo vaya avanzando, el field se convertirá en algo más difícil. Es un torneo al que no conviene inscribirse de forma tardía, ya que hay muchos amateurs capaces de cometer grandes errores desde las primeras manos».
