Ayer el Grupo Bernard Tapie adquirió los activos de Full Tilt Poker. La operación se ha retrasado mucho más de lo deseado por todos los jugadores afectados, pero por fin se ha convertido en una realidad. Ha tenido que salvar muchos obstáculos y ha sido el fruto de múltiples trámites y negociaciones.
El 30 de septiembre, el GBT y Full Tilt Poker anunciaron la venta de la empresa al grupo inversor encabezado por el empresario francés. La realización de la operación quedó pendiente de que el GBT y el Departamento de Justicia de los EE. UU. (DoJ) llegasen a un acuerdo sobre la devolución de los fondos de los jugadores afectados por el cierre de la sala y sobre las multas que FTP habría de pagar por los presuntos delitos cometidos en los Estados Unidos.
El acuerdo contre el Grupo Bernard Tapie y el DoJ cristalizó, por fin, el pasado 17 de noviembre. El precio de la operación quedó fijado en 80 millones de dólares y Tapie se hizo responsable de la devolución del dinero de las cuentas de los jugadores no residentes en los Estados Unidos, una cantidad valorada en 150 milones de dólares..
La compra quedó entonces pendiente de la aprobación de dos tercios de los propietarios de acciones de Full Tilt Poker. Pues bien, según ha informado Subject: Poker, dicho requisito debe haber sido superado, ya que ayer se hizo efectiva la transferencia de los activos de Full Tilt al grupo francés.
De hecho, Laurent Tapie, hijo de Bernard, se personó en Dublín para hablar con los empleados de la empresa sobre los planes de futuro.
El siguiente paso será la desestimación de las demandas civiles presentadas ante el DoJ contra Full Tilt Poker. Aunque los abogados del GBT y de FTP no han manifestado nada al respecto, se cree que el tribunal tomará dicha resolución en breve.
Por otra parte, tal como informamos ayer, el Grupo Bernard Tapie no solo tiene la intención de devolver el dinero a los jugadores españoles de Full Tilt Poker. También pretende reabrir la sala al público de nuestro país y, con tal fin, ha solicitado una licencia para poder operar en España, en el nuevo mercado regulado.
El culebrón Full Tilt parece estar llegando a un final feliz.
