El pasado sábado, Dani Stern publicó en 2+2 su valoración de la reunión que mantuvo el pasado lunes 18, junto a sus colegas Ike Haxton y Daniel Dvoress, con Daniel Negreanu y la plana mayor de Amaya/PokerStars, en las oficinas que tiene la compañía en Montreal.
La entrevista duró más de 8 horas y Daniel Baazov, el polémico CEO de la empresa de la pica roja, hizo una breve «aparición estelar». No hizo mucho más que saludar.
Como ya es conocido, los 3 grinders fueron obligados a firmar al inicio del meeting un acuerdo de confidencialidad («NDA»), comprometiéndose a no revelar datos concretos sobre las líneas de negocio o el estado financiero de la compañía.
Los jugadores comenzaron la reunión planteando su postura de que el cambio del Programa VIP suponía la ruptura de un compromiso de la sala con los Supernova y Supernova Elite, y no solo un fallo de comunicación. Y comentaron que aún no es demasiado tarde para solucionar el problema, deshaciendo la citada modificación.
Los representantes de PokerStars les respondieron que aunque sentían el impacto que tal decisión podía tener sobre la percepción de la marca por parte de los jugadores, no están dispuestos a dar marcha atrás.
A continuación, los ejecutivos mostraron a los grinders los problemas en el actual «ecosistema» y trataron de convencerles de que los cambios efectuados en el VIP Program contribuirían a su solución. Las pruebas presentadas no variaron la opinión de los pros. Al contrario, se quedaron con la impresión de que dichas modificaciones ni van a tener un impacto directo en el ecosistema, ni van a mejorar la experiencia de juego de los recreacionales. Más bien, concluyeron que van a suponer un incremento de los ingresos de la compañía, y que el dinero conseguido va a poder ser utilizado en otras iniciativas, como la publicidad o el I+D.
Los grinders comentaron con detalles las consecuencias que para ellos iban a tener los citados cambios. Citaron el caso de los Hypers de high stakes, que consideraron imbatibles sin el régimen anterior de recompensas. Sobre este caso concreto, les respondieron que conocían el impacto que los cambios podían tener y que iban a estar muy pendientes de su evolución. No dijeron si tenían en mente realizar ajustes en el rake de estos SNG o si «los iban a dejar morir».
Así mismo, los grinders trataron la cuestión de la eliminación de los VPPs en las mesas de cash de high stakes. Les presentaron un estudio cuyo planteamiento no les convenció, porque mostraba los resultados de los mayores ganadores. En este ámbito, los representantes de PokerStars aseguraron que consideran los high stakes como una parte importante de su oferta y que no tienen previsto eliminar dichos niveles.
Los grinders hicieron varias propuestas de cambios, como reducir el rake en las mesas short-handed de cash u ofrecer bonos para los SNG de los niveles en que juegan los SNE y los SN, pero se quedaron con la sensación de que los representantes de Amaya los consideraban más un problema que una aportación de valor.
Stern escribió en nombre de los 3, para cerrar su comunicado, que están profundamente apenados por no tener buenas noticias para los jugadores: «Intentamos hacerlo lo mejor posible, presentando argumentos prácticos y éticos contra los recortes de los SN y SNE, pero PokerStars no va a reconsiderar ninguno de los cambios«.
Stern respondió a preguntas realizadas por los usuarios del foro. En alusión a Negreanu, dijo que estuvo callado durante la reunión, dejándoles hablar a ellos y que les apoyó cuando hablaron sobre el «timing» de los cambios del Programa VIP. No obstante, se mantuvo «neutral» a lo largo del meeting. Por su parte, Haxton también aclaró que la reunión se realizó a petición del Team PokerStars Pro canadiense.
Dejando ya atrás la reunión, y viendo que PokerStars no va a echarse atrás en el tema del VIP Program, ¿qué harán ahora los grinders? ¿Seguirán adelante con sus boicots? En su hoja de ruta tienen prevista una nueva huelga, del 2 al 11 de febrero, con el objetivo de movilizar a un mínimo de 4.000 jugadores.
De momento, habrá que esperar para ver cómo termina esta historia en la que los jugadores llevan las peores cartas.