Mi última columna se trató de un par de bluffs que hice durante el evento principal de las World Series of Poker®. Uno de ellos fue exitoso y el otro me costó algunas cuantas fichas. Veremos dos faroles más en esta columna. Uno de ellos tuvo lugar al final del día dos y es un buen ejemplo del juego de la burbuja. El otro comprendió a dos jugadores yendo uno contra otro en situación de ciega pequeña contra ciega grande.
Exactamente en la última mano del día dos, quedaban 569 jugadores en el torneo, y cobrarían 560. La mayoría de los jugadores de mi mesa estaban haciendo todo lo posible para no ser eliminados tan cerca de la burbuja. Muchos ya estaban pensando en irse a casa y decirles a sus familiares y amigos que habían llegado a hacer caja en «el grande». Este torneo, más que cualquier otro, tiene muchos jugadores jugando con el único objetivo de simplemente llegar al dinero.
Había que considerar un factor adicional en este momento.¡Era la última mano de la noche! Muchos jugadores odian ser expulsados al final del día. Jugaron muy bien durante todo el día y no querían cometer un error estúpido ya hacia el final. No querían otra cosa más que embolsar sus fichas, ir a casa, dormir un poco y volver por otro día excitante.
Que escenario perfecto para un jugador observador. No sólo estábamos cerca de la burbuja, sino que estaba por terminar otro día, dos escenarios en los cuales los jugadores se vuelven más tight y que ocurrían simultáneamente.
Así, yo estaba sentado en el button cuando el jugador a mi derecha decide limpear desde el cutoff. ¡Que jugada débil! Era demasiado tentadora como para dejarla pasar. Las ciegas estaban en $800-$1.600 con antes de $200. Estaba ante un bote de alrededor de $5.800 mientras conservaba un stack de $55.000. Me hice la idea de lo que haría aún antes de mirar mis cartas. Pero tenía que mirar, sólo para mantener las apariencias, las Q 2 . Mi mano era irrelevante. Raisée a $8.000, esperando llevarme el bote.
Desafortunadamente, la ciega grande se despertó con una mano y llamó. Pero yo podía sentir que era un call rentable. El tenía una buena mano, pero no estaba listo para tomar riesgos. Sospeché que era algo como J-J o 10-10. El cutoff foldeó. Eché una rápida mirada al flop de A-X-X (todos diamantes) e inmediatamente miré a mi oponente. ¿Tenía un As o un diamante grande? La forma en que pasó me convenció de que estaba listo para irse a casa esa noche. Puse una apuesta de $12.000 y él foldeó.
Siempre es importante en un torneo identificar situaciones en las cuales puedes recoger fichas sin cartas y con un riesgo pequeño. Estas fichas me fueron presentadas en bandeja de oro, y pude incrementar mi stack en alrededor de un 20%. El día dos fue un día largo y duro para mí, ya que no pude ganar ni un bote significativo, pero me las arreglé para levantar pequeños botes aquí y allá para mantener mi stack. Me sentía fantástico y estaba realmente listo para un nuevo día, esperando embarcarme en una buena racha.
El día tres no fue mucho mejor para mí que el día dos. Mis fichas se iban deslizando y las ciegas iban aumentando. No tenía demasiado tiempo para moverme cuando llegó la siguiente mano. Pero primero, déjenme ponerlos en antecedentes. Tony Abesamis estaba en la ciega pequeña. Recientemente había ganado el torneo no limit holdâ€em de $2.000 en Lake Tahoe, y tenía una larga lista de torneos con buenos finales en los últimos años. Era un oponente formidable y tenía un gran stack. Yo estaba sentado directamente a su izquierda, así que estaba planeando usar mi posición sobre él para impedir que tome control sobre la mesa. Ya nos habíamos enredado en algunas manos. Muy temprano ese día, el hizo un pequeño raise desde la ciega pequeña y yo llamé. El pasó, yo hice una apuesta de valor y el foldeó. Más tarde, limpeó desde la ciega pequeña, yo raisée y el re-raiseó. Llamé, pero foldée en el flop. Esta vez, Tony decidió volver a limpear con ciegas de $1.500-$3.000 y $300 de antes.
Miré a mis 7-2 en la ciega grande y pasé después de él para ver el flop. El flop fue K-K-J. Ambos pasamos. Otra jota en el turn y el pasó de nuevo. Había alrededor de $8.700 en el bote. Hice una apuesta de sondeo de $4.000 y Tony hizo check-raise de $8.000. Mi primer instinto me decía que él no tenía nada, pero necesitaba pensar en la acción para verificar mis instintos.
Había limpeado en ese bote. Recordando la mano anterior en la cual éramos ciega pequeña versus ciega grande, no pensaba que estuviera intentando hacer limp-reraise nuevamente con una gran mano, concluí que lo más probable es que hubiera raiseado pre-flop con una mano grande. Como yo no pensaba que tuviese una buena mano, había una posibilidad más pequeña que la normal de que llevara una carta alta. Pienso que pasó el flop con la intención de hacerle check-raise a un farol, pero no le di la oportunidad. Yo estaba short stack, y Tony no resistiría hacerme una jugada en el turn. Por supuesto, no podía estar seguro, pero pensé que su mano más probable era algo como un par de cartas medias.
Sin embargo, yo tampoco tenía nada. Si movía all in se vería un poco sospechoso, dadas las cartas de la mesa. Por que lo pondría con un full, si probablemente no pudo mejorar a la mejor mano? Como el sabía esto, yo estaba preocupado porque el llamara con un as, reina o incluso un 10. Yo no creía que llevara un As, pero de nuevo, no podía estar seguro. También dudaba de que tuviera una reina, pero esta sensación no era tan fuerte como con el As. Fácilmente podría estar allí con un 10, anque hacer call hubiera sido muy difícil. Decidí simplemente ver con la intención de representar una gran mano, y así poder llevarme el bote en el river.
Con este movimiento, podría haberme salido el tiro por la culata sin un as, rey o jota caía en el river. Con un rey o jota, yo no hubiese podido robar el bote, y hubiese sido muy difícil tratar de hacerlo si caía un as, dado que Tony me había estado viendo jugar agresivamente. Por supuesto, abandonar el bote no era el fin del mundo. Era un riesgo calculado que valía la pena tomar antes que tratar de robar en el turn y observar que Tony hace una gran call con una mano como Q-8 o 10-9.
Cayó una reina en el river y Tony pasó, como esperaba. Me tomé mi tiempo y luego me declaré all in. Tras 10 segundos, Tony dijo, «Creo que me tienes vencido», y tiró sus 7-5 sobre la mesa. Yo normalmente no muestro mis cartas, pero esta era una gran oportunidad para poner a Tony on tilt. Inmediatamente di vuelta mis 7-2 boca arriba y los jugadores y observadores rompieron en un parloteo. Un joven sentado frente a mí me dijo que yo tenía las pelotas de robar a un cinco alto. Normalmente yo no alardeo, pero todos los espectadores y jugadores de la mesa hicieron lo suficiente sin que yo tuviera que decir una palabra. Sé que la reacción de la mesa pudo haber puesto a Tony on tilt. En la mano siguiente, raiseó desde el button, y yo fui all in. Tony estaba visiblemente molesto cuando anunció «Esto es personal ahora». Nótese que yo nunca dije una sola palabra ni a él ni a nadie. Yo sólo estaba jugando póquer, pero ahora Tony salía a buscarme. Lo tenía donde quería.
Desafortunadamente, fui yo quien cometió algunos errores en manos posteriores que llevaron a mi final. Tony eventualmente me eliminó cuando entramos en una carrera con sus A-Q versus mis 8-8. El ligó una reina en el turn y mi torneo terminó. Fue político cuando nos dimos la mano. Viéndolo retrospectivamente, excepto por ese comentario «esto es personal» en ese momento de odio, Tony fue todo clase el resto del camino. Continuó jugando un gran poker y terminó en el lugar 40.
Aunque yo fui eliminado poco después de la mano con 7-2, esa mano me dio algún momento en el torneo y algunas municiones con las que jugar. El farol es una herramienta esencial para todos los buenos jugadores de póquer. La clave está en conocer a tus oponentes para poder entrar en sus cabezas y predecir su próximo movimiento. Una vez que puedes hacer eso, vas por el buen camino a un póquer de clase mundial.
Artículo Original en PokerPages
*Acerca del Matthew Hilger*
Autor de uno de los libros más vendidos sobre poker: «Internet texas hold’em: Winning Strategies from an Internet Pro «.
Su último libro publicado: Texas Hod’em Odds and Probabilities: Limit, No-Limit and Tournament Strategies»