Inicio Articulos Faroles en las WSOP® (Parte I), por Matthew Hilger

Faroles en las WSOP® (Parte I), por Matthew Hilger

Una de las grandes cosas que amo del evento principal de las World Series of Poker® es el gran stack con el que llegas a jugar en relación con las ciegas. Cuando arrancas con $10.000 en fichas, te encuentras con circunstancias para hacer jugadas que serí­an difí­ciles de hacer en otro tipo de eventos en los cuales arrancas con una pequeña cantidad de fichas.

En esta columna, voy a discutir un par de manos claves de mi juego en el evento principal de las WSOP. Y veremos otro par de manos la próxima vez. Las manos son de diferentes dí­as. Ese año terminé 331 de entre 5.619, llegando al dinero por segundo año consecutivo. Fue un gran torneo y mucha diversión, pero al mismo tiempo, estaba buscando mejorar mi lugar número 33 del 2004, así­ que me sentí­ un poco insatisfecho.

Me encontraba en una mesa con un puñado de desconocidos en mi primer dí­a del evento principal, con una excepción –un tipo de nombre Doyle Brunson-. Tuve un comienzo esplendoroso, ligando set tras set, y construí­ un stack muy curioso. Durante algunas horas, creo que fui el chip leader del dí­a. Lo más destacado del dí­a fue haber eliminado a Doyle. Digo destacado porque ese será un momento de mi carrera que no olvidaré, pero al mismo tiempo, no me dio ningún placer eliminarlo a él como me hubiese ocurrido con la mayorí­a de los demás jugadores. Incluso esperaba que nos movieran a la mesa de ESPN para salir un rato en televisión, pero desafortunadamente, Doyle no duró lo suficiente para que llegáramos allí­. En la mano contra Doyle, raiseé a $1.000 con 77, el fue all in con otros $2.200, yo hice call, y mis 77 resistieron frente a su KJ.

Pero esta columna es acerca de faroles. Tení­a un stack de casi $60.000 cuando se dio la siguiente mano. Las ciegas eran de $150-$300 con un ante de $50. Un jugador muy sólido sentado inmediatamente enfrente de la posición cutoff raiseó a $900. Tení­a un buen stack para esta etapa del torneo, de alrededor de $30.000. Con mi gran stack, creí­ que podrí­a empujarlo. El no querrí­a enredarse conmigo a no ser que tuviera una gran mano. Yo estaba en el button con A9 y decidí­ hacerle una jugada. Re-raisée a $3.200. Para mi sorpresa, lo vio.

El flop trajo Q64 arco iris. El pasó, yo aposté $3.500, y él raiseó a $6.500, llevándolo a $10.000. En este punto habí­a un poco más de $20.000 en el bote. ¿Con qué manos hubiese visto mi raise? QQ, 66, y 44 eran todas posibilidades, aunque yo dudaba que hubiese hecho call con 66 o 44, dado que mi raise preflop era bastante sustancial. También podrí­a haber visto mi apuesta con algún par medio como JJ hasta 88. AK y AQ suites eran otra posibilidad.
Dada la textura del flop, o bien habí­a armado un monstruo o estaba testeando su mano para saber dónde se encontraba. Mi primer pensamiento se enfocó en la posibilidad de que hubiese armado un monstruo. ¿Hubiese jugado tan agresivamente su mano? Si armó un set, habí­a muy pocas cartas que pudieran dañarlo en el turn. Yo habí­a estado jugando muy agresivamente todo el dí­a, y habí­a pegado grandes manos. Mi primer instinto con este oponente fue que el hubiese hecho slow-play con una gran mano antes que raisear en el flop. Sin embargo, no estaba seguro. Creí­ que lo más probable era que llevara AQ.

Con más de $20.000 en el bote, decidí­ raisear unos $11.000 adicionales. Estaba arriesgando básicamente otros $17.000 para ganar $20.000. Parecí­a un buen riesgo calculado a tomar, dado mi análisis de la mano hasta aquí­. Si estoy en lo cierto un 50% de las veces, mi jugada me daba una expectativa positiva. Mi oponente se ensimismó por unos minutos, y finalmente comentó, «Esta es o bien una gran retirada o una muy mala». Treinta minutos más tarde, lo escuché hablando sobre la mano con un amigo, y le dijo que habí­a tenido que foldear KK, comentando que perdí­a contra AA o QQ. No puedo asegurar de que el dijera la verdad, pero tení­a sentido por la forma en que jugó su mano. Observa que pude hacer esta jugada sólo contra un jugador sólido. Contra la mayorí­a de los jugadores débiles del campo, no hubiese sido capaz de hacerles tirar AQ.

Los $20.000 que gané con ese bote fueron crí­ticos para mi supervivencia el dí­a dos, que fue un dí­a muy difí­cil. Estaba en una gran mesa pero no me llegaban buenas cartas. Me las compuse para mantener mi stack la mayor parte del dí­a permaneciendo agresivo y levantando botes en buenos momentos. Pero cada vez que alguien me sobrepasaba, nunca tení­a una mano como para responderle. Entonces, llegó esta mano clave.

Las ciegas estaban en $400-$800 con ante de $100. Creo que tení­a alrededor de $77.000 en fichas en ese momento, y raiseé desde posición temprana con 33. El button, un jugador sólido con unos $48.000 en fichas, pagó mi raise. El flop fue 996 arco iris. Aposté $4.000 y mi oponente raiseó otros $10.000, quedándose con unas $32.000 fichas. En este punto, habí­a más de $421.000 en el bote. ¿Raisearí­a con trí­o en esta situación? Serí­a una buena jugada de su parte, y era una posibilidad. Sin embargo, hubiese hecho el mismo raise con cualquier par desde QQ hasta 22. Tení­a sentido que hiciera call con cualquier par preflop, y para mí­ tení­a sentido que raiseara ese flop con cualquier par. Según mi análisis, lo más probable es que llevara un par medio. También creí­a que con esa posición y stack de fichas, era más probable que hiciera slow-play a una gran mano antes que jugarla rápido. Finalmente, cualquier re-raise de mi parte básicamente representarí­a que yo estaba tratando de ponerlo all in. Si yo re-raiseaba, realmente lo estarí­a poniendo a prueba.

Decidí­ re-raisear otros $20.000. Nota que esto lo dejarí­a con sólo unas $12.000 fichas con el turn y el river aún por venir. A mi me quedaban $40.000 en este punto. Según mi análisis, el tendrí­a que haber foldeado esa mano a no ser que hubiese armado un monstruo. Desafortunadamente, recibí­ malas noticias, ya que él movió all in. Tení­a que verlo por sólo $12.000 más, pero aparentemente yo era el que iba atrás. No iba a obtener las pot odds para proyectar un full, y aún peor, podrí­a estar en un draw muerto. Para sorpresa de todos en la mesa, dejé mi mano.

Observa que mi mano en particular es irrelevante en este caso. Yo puse a mi oponente en un rango de manos y podrí­a haberlo hecho foldear a no ser que ligara un monstruo. No me arrepiento de mi jugada, ya que creo que mi análisis era sólido. En hold’em, tomas riesgos calculados, a veces funcionan y otras veces no. Como nota al margen, mi oponente más tarde eliminado del torneo después de un par de bad beats. Cuando se iba de la mesa, dijo que tení­a 66.

Mi próxima columna tratará un par más de bluffs. Uno es un excelente ejemplo de cómo explotar a los oponentes cuando juegas cerca de la burbuja. El otro es buen ejemplo de dos oponentes en una lucha de ciegas.

Artí­culo Original en PokerPages

*Acerca del Matthew Hilger*
Autor de uno de los libros más vendidos sobre poker: «Internet texas hold’em: Winning Strategies from an Internet Pro «.
Su último libro publicado: Texas Hod’em Odds and Probabilities: Limit, No-Limit and Tournament Strategies»

Artículo anteriorEl Freeroll de NoIQPoker ya tiene fecha, 9 de septiembre, y lista de participantes
Artículo siguienteÉpoca de torneos… y de congresos