La fábrica Fournier de naipes, uno de los negocios más emblemáticos del sector del juego en España, busca nuevo dueño.
Es una gran oportunidad para de que uno de los iconos de la industria del juego española vuelva a tener un propietario de nuestro país. La marca vitoriana pasó a manos estadounidenses en 1986, cuando fue adquirida por la empresa Jarden Corporation para fortalecer su posición en el sector del naipe en el que ya controlaba un grupo llamado The United States Playing Card Company, responsable de marcas de cartas como Kem o Bycicle.
En 2016, la Jarden Corporation inició un proceso de fusión empresarial con la multinacional Newell Brands. Fruto de ese proceso, desde Estados Unidos se ha decidido la búsqueda de un nuevo dueño para la compañía fundada por Heraclio Fournier.
La fábrica de los naipes que nos han acompañado toda la vida y los puestos de trabajo de sus 60 empleados no corren ningún peligro. El motivo de su venta es precisamente el contrario. La planta inaugurada en 1993 produce 35.000 barajas al día, una cifra que le acerca a los 10.000.000 de unidades anuales, que se venden en todo el mundo. El 90% de los casinos europeos utilizan cartas procedentes de la compañía vasca y su cuota de mercado a nivel mundial se estima del 35%.
Newell Brands ha obtenido réditos importantes provenientes de la marca Fournier en 2017, tras la presentación de unos beneficios brutos (ebidta) de 40 millones de euros, y El País afirma que la multinacional calcula poder ingresar por la venta en torno a de 7 a 12 veces la cifra de beneficio bruto anual, de 300 a 480 millones de euros.
La venta es un movimiento puramente estrate´gico de reestructuración de negocio. No existe urgencia ni necesidad de aceptar un precio menor que el estipulado; se han dado un plazo de dos años para encontrar comprador, pues la evolución de los beneficios de la fábrica española sigue siendo muy positiva.
Telemadrid ha dado la noticia desde el interior de la fábrica, detallando el proceso de impresión y verificación de las barajas, unas imágenes que seguro que despiertan la curiosidad de los buenos aficionados a los juegos de cartas.
