Según un informe presentado por WABC Eyewitness News, el juego por parte de los adolescentes se encuentra en alza así como también el potencial de convertirse éstos en adictos. El informe cita un estudio en el cual se nombra al gasto desmesurado y a la ocultación patológica de la actividad del juego, como los síntomas más problemáticos en más del 50% de los aproximadamente 3 millones de niños en todos los Estados Unidos, que juegan a las cartas semanalmente por dinero.
Los jóvenes que apuestan reconocen el riesgo financiero que toman al saber que posiblemente pierdan 100$ o más en una sola noche. Aún así, muchos de ellos niegan la importancia de los peligros de quedar atrapados, señalando que si se quedan sin dinero para jugar, no pueden continuar alimentando sus hábitos.
Mientras que algunos padres muestran preocupación acerca de esta peligrosa tendencia y de cómo ésta puede afectar negativamente en sus propios hijos, otros están encantados de ver a sus hijos envueltos en esta divertida actividad social. En general, la mayoría de los padres prefieren que sus hijos jueguen al Póquer «sanos y salvos», juntos, bajo un mismo techo en lugar de estar en las calles con la gente equivocada. Estos padres también justifican el apoyo que les brindan a sus hijos al jugar al póquer señalando que la sociedad, en su conjunto, anima a este tipo de juego, especialmente a través de los medios.
Por cierto, los adolescentes, fácilmente influenciables, pueden encender el televisor y sintonizar una de las interminables y ubicuas transmisiones de Póquer, algunas veces con celebridades que incorporan al juego glamour y emoción adicionales. De esta manera, es comprensiblemente difícil esperar que estos niños se resistan y jueguen ellos mismos. Sin embargo, depende de su propio criterio asegurarse de no llevar demasiado lejos a sus nuevas pasiones.