El timing es todo un arte, una habilidad que tiene una parte matemática (de estimación de probabilidades) y otra psicológica (de valoración de las reacciones de los rivales).
Saber elegir los momentos en que hay que presionar o frenar es clave para tener éxito en los torneos o para optimizar rendimientos en las mesas de cash.
De cualquier forma, ser bueno en la gestión del timing no siempre permite a los jugadores librarse de los trompazos más sonoros. Y si no, que se lo digan a Vanessa Selbst, la mejor jugadora del mundo, con más de 10,5 millones de dólares en premios en torneos en vivo.
Vanessa destaca por su juego loose-agresivo y suele aprovechar su imagen para ganar botes grandes ante rivales que minusvaloran su fuerza. No obstante, ello también tiene su contrapartida, porque los excesos de agresividad también le han generado en alguna ocasión derrotas impactantes.
En la mano que os contamos, Selbst escogió el peor momento para intentar un derribo pre-flop, ya que su oponente tenía ases. Estampó contra ellos 170.000$ y asumió con aplomo y elegancia el desastre.
La mano tuvo lugar durante el Big Game de PokerStars, un formato en el que un clasificado online se enfrentaba en una partida de cash a cinco profesionales.
Vanessa subió pre-flop a 1.300$ desde el UTG con
El crupier sacó los tres boards completos y Selbst perdió los tres botes. Ya de pie, Vanessa comentó su jugada con Esfandiari y con Friedman, y con mucha elegancia se despidió de sus rivales.
Así fue la mano. Como ella mismo dijo: «Enjoy!«