El asunto de la resolución final sobre dónde irá a parar Eurovegas, está siendo la comidilla de todas las conversación de pasillo en los últimos días. Es por ello que la mayor parte de la prensa generalista, se está haciendo eco estos días de los avances o novedades que se van sabiendo sobre este asunto.

Al parecer, Madrid se postula como firme candidato para llevarse el gato al agua. Pese a que sigue sin haber ningún tipo de información oficial, ayer la presidenta del ejecutivo madrileño, Esperanza Aguirre al término del comité de dirección del PP de Madrid, realizaba las siguientes declaraciones en rueda de prensa, tal y como podemos escuchar en 20minutos.es:

«Si me preguntan por mi intuición, que no me suele fallar, es positiva, pero no tengo datos […] Quienes tienen que responder a estas cuestiones son los responsables de Las Vegas Sands«

Al margen de dónde vaya a acabar el proyecto de ocio, sea en Madrid o incluso en Barcelona (donde algunos todavía se empeñan en darle sus opciones), queda por saber cuáles serán las «facilidades» que se darán desde nuestro país, para finalmente convencer a Adelson de que España es el sitio idóneo para venga a parar su inversión.

Hace ya tiempo que se viene diciendo, que una de las premisas que el magnate norteamericano puso a los gobiernos de Madrid y Cataluña, era la derogación de algunas leyes, como la antitabaco o la que permita entrar en sus casinos a menores de edad acompañados de un adulto.

Según podemos leer en CadenaSer.es vía elRecreativo.com, fuentes del Gobierno central (a quien compete estos asuntos) han declarado que dichas leyes no se van a flexibilizar ni modificar, por más que lo pida Adelson. Tampoco darán su brazo a torcer para facilitar la contratación de personal extranjero, pues buena parte del interés en que Eurovegas acabe en nuestro país, es la creación de empleo en España. Entonces, ¿cómo vamos a convencer al propietario del Venetian para que traiga su montón de dinero hasta aquí?

El ejecutivo tendrá que ceder en exenciones fiscales, concediendo ayudas para que el complejo acabe aquí, unas medidas que no se facilitarán a Adelson por ser quien es, sino que, siempre según estas fuentes del gobierno, se facilitarían igualmente a cualquier otro empresario que trajese un proyecto de tales magnitudes.

Mientras tanto, sólo nos cabe esperar a que la ansiada «fumata blanca» llegue del otro lado del Atlántico.