Ya lo dice la sabiduría popular: «El dinero no da la felicidad«. En realidad no, pero la gente suele complementar el dicho con: » El dinero no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla«.
El deseo de ser un buen jugador sobre los tapetes muchas veces se convierte en el deseo de ganar y hacerse rico, lo que distorsiona la esencia misma del poker.
Cuando tenía 20 años, Esfandiani soñaba con poder tener todo lo que deseaba. Ahora no necesito pensar en cómo aumentar mis ingresos y así me siento culpable.
«Cuando gané el World Poker Tour fui muy feliz, pero no suficiente. Ahora mi sueño es llegar a ganar 10.000.000$, aunque casi seguro que para conseguirlos tendré que fijarme un nuevo objetivo. Así entre todas las etapas de mi vida, el poker me ha dado mucho en lo que pensar», comentó Antonio Esfandiari.
Los jugadores de poker son como los niños: tienen la necesidad de divertirse de la misma manera que los niños y así obtener nuevos éxitos.
El otro día, tras hablar con Andrew Robl, ambos hicieron una apuesta. Según Robl no hay una correlación entre la felicidad y el dinero ,y aunque Esfandiari está de acuerdo con su pensamiento, le sugirió la misma pregunta a tres personas al azar. La influencia del dinero puede eliminar gran parte de los problemas que hacen que no seamos felices, además ayuda a superar los obstáculos que nos harían felices.