El World Poker Tour está en plena reconstrucción, y el casino Seminole Hard Rock de Hollywood, Florida, ha demostrado de nuevo ser uno de los cimientos de esta nueva etapa.
La reconstrucción de la marca es más bien un lavado de cara, sin recurrir al derribo de una sólida estructura que lo sostiene desde hace ya más de 20 años. El parón provocado por la pandemia y el enorme éxito del póker en vivo tras la reapertura de los casinos es una ola que el WPT quiere aprovechar.
Los cambios más evidentes son el desarrollo de la división online, con las nuevas licencias para la sala y el fichaje de embajadores del calibre de Phil Ivey; y el nuevo ciclo temporal de la temporada en vivo, que se adapta al año natural en vez de empezar y terminar con las WSOP y el verano de por medio, como un curso escolar.
Otro cambio más sutil es la asociación del circuito a un casino de referencia. Después de muchos años alternando el Borgata y el Bellagio para sus grandes eventos y para repetir visita en varias estaciones del año, según soplaban los vientos en cada costa de Estados Unidos, el WPT busca una nueva sede icónica.
El Wynn de Las Vegas será el que organice el World Championship en su nuevo emplazamiento temporal en diciembre, pero si ha habido un reducto inexpugnable para el WPT desde que terminaron las restricciones sanitarias ese ha sido el Hard Rock de la Costa Este.
El penúltimo festival del año, el WPT Seminole Rock&Roll Poker Open es el tercero que se disputa allí en 2022, y en todos ellos han arrojado números escandalosos.
La excesiva prudencia mostrada por la organización al asignar un garantizado de 2.000.000$ al evento principal provocó una circunstancia inédita en el circuito mundial. Las inscripciones del día 1A fueron suficientes para superar esa cifra, y al final se rozaron los 5.000.000$ de bolsa.
Faltaron solo 25 entradas para igualar las 1.566 vendidas en 2021, pero por esas cosas de los saltos porcentuales en las estructuras, el campeón de este año se va a llevar el mejor premio jamás entregado en este festival, 785.800$.
No estará a tiro de un español porque el último en recoger su tarjeta de premios fue Alejandro González Olaechea, eliminado en el puesto 79º, con un premio de 9.800$.
Quedan 16 jugadores, tras las bajas tardías de Anthony Zinno o Martins Adeniya, entre otros. Están en liza todavía un par de regs muy conocidos en el circuito americano, Brian Altman y Chad Eveslage, pero el punto de mayor interés en este momento es saber hasta dónde va a ser capaz de llegar Gediminas Uselis, que es el actual campeón del torneo.
El festival contiene también una serie de paralelos, de los que el que más nos afecta es el High Roller de 25.000$.
La página oficial del casino ha anunciado que se ha llegado a la mesa final, con nueve supervivientes de un registro de 85 entradas. En quinta posición aparece Sergio Aido, que ya tiene asegurado un cobro de 62.895$ gracias a superar la doble burbuja de premios y FT.
Sergio tiene rivales muy complicados como Joe McKeehen o Chance Kornuth, aunque el único stack despegado del pelotón es el de Gytis Lazauninkas, un completo desconocido en este tipo de torneos. He aquí el orden de asientos en la final:
- Chance Kornuth 625.000 (16 bb).
- Ray Qartomy 310.000 (8 bb).
- Gytis Lazauninkas 2.430.000 (61 bb).
- Justin Saliba 1.010.000 (25 bb).
- Sergio Aido 900.000 (23 bb).
- Stan Jablonski 455.000 (11 bb).
- Scott Margereson 1.040.000 (26 bb).
- Alex Livingston 810.000 (20 bb).
- Joe McKeehen 925.000 (23 bb).
El premio al que aspira Sergio es de 602.550$, que sería el quinto meor del año para un jugador español y sería un complemento perfecto a los 900.100$ que se llevó el asturiano de este mismo casino el pasado agosto, después de ganar el SHRPO Championship.