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El reality sobre microstakes de Kevin Martin acaba en rendición

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El bankroll challenge más original de los últimos años ha terminado en fiasco, aunque esta lectura pueda ser producto de un punto de vista excesivamente resultadista.

Kevin Martin, que se había encerrado en un piso bajo el escrutinio de las cámaras 24 horas al día, se tuvo que sacar una nueva norma de la manga para dar por terminado su reto de jugar desde cero en los clientes de póker de Ontario. El objetivo inicialmente previsto, alcanzar los 5.000 $, se le antojó muy lejano, y lo sustituyó por una rendición incondicional a las 500 horas de retransmisión, sin haber mantenido conseguido mantener su banca por encima de los 1.000 $ hasta el momento de apagar las cámaras.


El jugador/gran hermano estaba empezando a dar claros síntomas de hastío, acortando visiblemente las sesiones de juego y dando cabida a otro tipo de contenido más social. Ni las aportaciones externas, como el supuesto empeño de material electrónico, o el dinero recibido por trabajar en una granja, le permitieron encarrilar una gráfica que le debía bastante EV y que había adquirido una deriva bajista, lo que terminó de decidir a Kevin a dar por concluido el experimento.

Desde el prisma del póker, se ha demostrado lo duro que es lidiar con una mala racha de varianza cuando no se adhiere uno a una estricta gestión de banca. También lo complicado que es generar una dinámica que lleve a superar niveles en plazos tan vertiginosos. Por no hablar de lo necesario que es saber compaginar los diversos elementos de una vida que gira alrededor del póker, y en los que no deben faltar periodos de preparación teórica, de desconexión con el juego y de vida social.

Por el camino, también dejó muchas notas positivas. En el plano personal, su canal de Youtube alcanzó los 100.000 suscriptores, y pudo comprobar como el aliento de sus seguidores apagaba con facilidad las escasas voces discordantes que querían empañar la experiencia. Además el contenido en forma de interacción con sus amigos o de sus horas en la granja fue sorprendentemente bien recibido por una comunidad esencialmente interesada en el póker.

Como colofón del proyecto, Kevin redondeó la cifra alcanzada para sortearla entre sus seguidores.

Han sido 21 días intensos, con un nuevo acercamiento a un contenido muy manido en nuestra esquinita de la Red que, en lo que se refiere al enfoque creativo, se ha de considerar un éxito, pues ha mantenido audiencias muy por encima de los 1.000 espectadores en cada una de las plataformas de retransmisión en las que se podía n seguir las sesiones de Martin.

Seguro que ya hay alguien pensando en darle un giro de tuerca a la idea.