Inicio Actualidad de poker El espacio que tienen y el que merecen las mujeres en el...

El espacio que tienen y el que merecen las mujeres en el póker en vivo

La barreras que impiden el acceso de más mujeres al circuito no se diferencian demasiado de las existentes en otros ámbitos. Los Ladies Events intentan derribar algunas, pero no siempre reciben ayuda de los jugadores varones.

271

Esta pasada semana, en Madrid, en el Casino Gran Vía, el World Poker Tour programó un evento solo para mujeres, uno de los tradicionales Ladies con los que la industria del póker en vivo intenta alimentar el interés de ese segmento de población en nuestro juego.

El torneo cumplió las expectativas y generó un gran ambiente entre el reducido número de jugadoras que se asoman al circuito local. Lo disputaron mujeres y lo ganó una mujer, pero, y no es la primera vez, de todo lo que se ha hablado respecto a ese torneo es de la presencia en las mesas de un jugador varón de nacimiento.

Por supuesto, en su defensa, no faltaron los argumentos típicos sobre que los torneos femeninos son la antítesis de la igualdad, que los casinos no pueden impedir que un hombre intente ganar dinero en sus instalaciones y que hay leyes a tal efecto, que los deportes mentales no tienen base para una diferenciación de sexos y que la existencia de ese tipo de torneos es una discriminación para los varones, entre otros discursos igual de manidos.

Como novedad, en este caso concreto se ha hecho notar de manera muy enfática que esta señora se ha cambiado de sexo legalmente. Si embargo, el propio interesado se ha preocupado en dejar claro que no se siente mujer, que ha encontrado un resquicio legal con la colaboración de un funcionario que no ha querido atender al espíritu de la ley, y que toda su intención era hacer una broma. Este sí que es el pináculo de las razones que se vienen esgrimiendo para este tipo de comportamiento. Las risas.

Pero antes de analizar la validez de esos argumentos, retrocedamos en el tiempo para intentar entender la mera existencia de los torneos exclusivos para mujeres.

El sesgo que más suele viciar las discusiones sobre tiempos pasados es el de la contemporaneidad. ¿Qué necesidad tiene una mujer de que se cree un espacio reservado para ella en un casino?, se pregunta en redes.

¿Hoy en día? Menos que antes, por suerte. Los torneos exclusivos para mujeres son producto de una época y una situación social, y lo triste es que sigan teniendo una razón de ser, que la siguen teniendo.

Las World Series of Poker dieron comienzo en el año 1970. En sus primeras décadas, la reunión anual de jugadores de póker tenía lugar en primavera. Una de las jornadas de cash y torneos que se celebraban anualmente coincidía con el Día de la Madre.

Ya que se trataba de una fecha con un enorme arraigo en la sociedad estadounidense y no se daba el caso de que ninguna mujer participara en las WSOP, en 1976 se creó el Ladies Event y se le asignó ese preciso día en el calendario. Se eligió el Stud como formato, el juego de póker más común en el seno de las familias estadounidenses, y se le puso una entrada de 100 $, mucho menor que cualquier otro evento del festival. En su primer año, el WSOP Ladies recibió la visita de 93 mujeres, siendo, de largo, el evento más concurrido de la historia del festival hasta la fecha.

En cierto modo, era un día de puertas abiertas en un entorno predominantemente masculino. El contraste era muchísimo mayor que en nuestros días. En la víspera y al día siguiente, ninguna de esas 93 mujeres se hubiera dejado ver por el Horseshoe.

Y aquí interviene la historia, de forma anecdótica. Tan solo un año antes de la creación del Ladies Event de las WSOP, en España, una mujer que quisiera crear una cuenta bancaria y depositar el equivalente de una entrada de 100 $ necesitaba la autorización por escrito de su marido. Este tipo de situaciones no se enmarca dentro de la excepción que hoy nos parece una dictadura. Era algo común en muchas sociedades, y existen todavía reductos en los que sigue formando parte del corpus legal.

Cuando se lanza la pregunta al aire, «¿qué impide a una mujer jugar al póker?«, se está ignorando una educación y una asignación de roles que hacen mucho más difícil la asistencia de una mujer a un festival. Y no existe una única causa que se pueda denunciar e intentar remediar de un día para otro.

Vicky Coren respondía a la dichosa pregunta para el Daily Mail, diciendo que ella no encontraba problema en jugar al póker y quizá no era la persona más adecuada a la que preguntar, pero identificaba raíces históricas y educativas en la poca presencia femenina en los casinos.

«La obsesión por los números y las estadísticas es más tradicionalmente masculina; viajar sola con sumas de dinero y pasear de noche plantea problemas de seguridad; las largas jornadas de un torneo de póker no favorecen la vida familiar…»

Actividades tradicionalmente masculinas, ambiente de inseguridad, disponibilidad y manejo de dinero, el papel de la mujer como cuidadora y ama de casa… Son lugares comunes que limitan el tiempo libre y la libertad para su disfrute, que las mujeres han sufrido desde siempre y que se ven exacerbadas en el ambiente de un casino.

Kerryjane Craigie, directora de póker en el Casino Hippodrome de Londres, impulsora del torneo mensual para mujeres que era objeto del artículo del Daily Mail para el que habló Coren, no tiene reparos en poner el dedo en la llaga.

«Muchas mujeres están interesadas en el póker, pero se sienten incómodas al entrar en una sala en la que predominan los hombres. El ambiente en la sala es intimidante, sobre todo las bromas. Los chicos pueden ser difíciles de tratar en una mesa», asevera la mujer -única en el continente, que ella misma tenga noticia- que se encarga de una poker room que ha colaborado con diversos circuitos europeos». Diversas encuestas llevadas a cabo por operadores como 888Poker corroboran sus impresiones.

Podemos concluir que los mayores impedimentos para el arraigo de las mujeres en el circuito son, entre otros, un ambiente poco acogedor en las mesas, generado por la recurrencia del sexismo en el microcosmos de las mesas, la falta de independencia económica y la responsabilidad del cuidado en el seno de la familia, que es algo que los favorecidos por esos privilegios se encargan de recordarles cada vez que pisan la moqueta. Casi nada.

Por tanto, la industria les regala una caja de bombones un día de cada festival importante. Un torneo tradicionalmente más barato, con una estructura rápida, de un día, para que no interfiera mucho en su agenda familiar, y en el que el resto de jugadoras del torneo empatice con su situación.

Esa es mi mayor crítica sobre los torneos Ladies, que hacen bien poquito por anular la barrera que impide la entrada de la mujer en el circuito, pero también lo que le otorga toda su importancia. Cada minuto de diversión que generen esos torneos es una gota que cae sobre la imagen tradicional del póker y de los casinos en la sociedad. La gota china, que a base de constancia y tesón puede acabar horadando las rocas más duras.

Pues ese es el espacio que alguna gente no sabe ni quiere respetar. A Shaun Deeb le parecía gracioso que la última mano que jugase una mujer en su torneo anual fuera contra un chico enfundado en un vestido y con sombrero de vaquero. Qué imaginativo castigo para una prop bet hacer que el perdedor se inscriba al Ladies. Peor aún, hay quien decide sabotear a sabiendas el fin último de un Ladies, que es ofrecer un espacio confortable a la mujer en el seno de un festival.

Las WSOP tuvieron que recurrir a un truco legal para proteger el espacio del Ladies Event, y desde hace más de una década, el buy-in oficial del torneo es de 10.000 $, con un descuento de 9.000 $ para las mujeres. Hubo una edición en la que se apuntaron hasta 15 hombres al torneo, y por las buenas no lo iban a entender. Retorcer las normas para evitar que otra gente las retuerza contra tus intereses. Mal menor, y un poco triste, por decirlo todo.

Ese mismo festival acoge un torneo exclusivo para empleados de casino, otro para jugadores mayores de 50 años, otro para mayores de 60 y uno que solo se puede jugar en pareja. Nunca se ha creado ningún tipo de polémica alrededor de esta discriminación, y si alguien ha forzado la entrada en estos torneos sin cumplir los requisitos, se le ha ignorado completamente y el protagonismo siempre ha sido para el segmento de población para el que estaba designado. ¿Por qué sucede lo contrario en los Ladies, pues?

La pregunta tiene fácil respuesta, si lo piensas bien y desde la perspectiva adecuada, aunque igual resulta incómoda según a quien ponga ante el espejo.

Poker10

¿Tienes más de 18 años?

Antes de empezar, confírmanos tu edad