La persona más importante en la mesa final del los partypoker LIVE MILLIONS UK, la clave del desenlace de la partida, el factor que desequilibró la balanza con 1.000.000€ en juego fue… Aris.
Aris. Simplemente, Aris. No conocemos su apellido.
El gran secreto ha sido desvelado por el campeón, Ioannis Angelou-Konstas, en el transcurso de una entrevista con Sasha Salinger, la reportera de Pokernews.
«Aris ha estudiado las jugadas de mis oponentes a través del sreaming en directo y, a decir verdad, su ayuda ha sido crucial. Tengo que agradecérselo mucho porque su apoyo ha sido esencial».
La mesa final fue retransmitida por Internet con cartas vistas. Para evitar interferencias en el juego, como es costumbre, había unos minutos de retraso respecto a la acción en vivo. Se conoce como falso directo; es decir, existe un delay, pero este no iba más allá de una o dos órbitas, según el ritmo al que se estaban jugando las manos.
Por lo tanto, el raíl de Angelou-Konstas, y los del resto de finalistas, podían estudiar el juego que estaban desarrollando el resto de rivales y planear estrategias basadas en esa información que luego compartían con los participantes. Los analistas de Konstas-Angelou debieron estar realmente acertados, pues el ganadaor les otorgó un enorme mérito al final de la partida.
El streaming en falso directo está totalmente instaurado en un número creciente de circuitos. Es un procedimiento que los jugadores conocen, soportan e intentan aprovechar. En las últimas mesas finales del Main Event de las WSOP, muchos de los finalistas contrataron a coachs con el único fin de recopilar la valiosa información que ofrece revisar las manos con cartas vistas y actuar de apoyo durante el juego.
En otros deportes, en los que la estrategia y el aprovechamiento de los puntos débiles de los rivales también es crucial, el asesoramiento en vivo está prohibido. En el ajedrez, el deporte analítico por antonomasia, los equipos de apoyo de los grandes maestros tienen que esperar al final de una partida para preparar la estrategia de la siguiente con sus pupilos. OTro ejemplo; en la final femenina del último U.S. Open de tenis, una sanción al entrenador de Serena Williams por hacer indicaciones técnicas en pleno partido provocó la ira de la jugadora estadounidense.
Todo el mundo tiene las mismas posibilidades de aprovechar los pros y contras de los streamings en falso directo, pero no todo el mundo lo acepta de buen grado. En la última Super High Roller Bowl del Aria, Justin Bonomo se reveló contra la obligación de enseñar sus cartas a la cámara. Para algunos jugadores, la obligación de desvelar cualquier información sobre su estrategia implica la pérdida de una ventaja adquirida mediante mucho trabajo y estudio.
El espectáculo pokerístico televisivo por excelencia, las WSOP, vivieron a principios de la década su propia guerra interna sobre el tema. En algunas de sus retransmisiones, las manos de los jugadores no se enseñaban hasta el showdown. Alguien debió olvidar que fue precisamente la invención de la cámara que enseña las hole cards la que transformó el poker en un producto viable para la televisión.
Sin esa información, el público no puede puede apreciar en toda su extensión un farol si no sabe si alguien está siendo engañado, y no puede sentir la tensión de un un posible fold o un posible call si no sabe cuál de las dos acciones es la más beneficiosa para el jugador al que le toca decidir.
Debemos acostumbrarnos a los falsos directos como un elemento más del juego en los torneos en vivo. Podría implicar incluso un metajuego interesantísimo, en el que los jugadores varíen de estrategia con el objetivo de torpedear la información que sus rivales podrían estar extrayendo de la retransmisión. La discusión está servida, pero no parece que haya muchas esperanzas de que salgan airosos los defensores de la privacidad del jugador.
