A buen seguro que nadie puede discutir, que el poker en los últimos años ha dado un giro y un cambio realmente notable, tanto en la forma de entenderlo, como en volumen de jugadores, popularidad, repercusión mediática, etc. Los que somos relativamente nuevos en este mundillo, seguro que no somos capaces de notar tanta diferencia, como los ya veteranos.
Es el caso de Daniel Negreanu, uno de los jugadores más populares de todo el mundo, quien a sus 38 años, comienza a notar el cansancio en sus espaldas, ya no por su edad, que no es tanta, sino por los años que lleva ya participando en los circuitos y torneos más importantes.
«KidPoker» ha escrito recientemente una nueva entrada en el Blog de PokerStars, en el que habla precisamente de esto, de cómo era el poker cuando él estaba empezando, y lo duro que se ha hecho en estos tiempos, poder asistir y participar en las citas más importantes.
En los años 90, cuando Negreanu comenzaba a hacerse un hueco dentro de la élite, rara era la vez que sus desplazamientos le requerían salir de las fronteras de los EE.UU. El poker era relativamente anónimo hasta que llegó el «Efecto Moneymaker«, y con él, la explosión del poker online.
Mientras ahora, para estar presente en las citas más importantes, hay que desplazarse de Europa, a Australia, después de nuevo a Estados Unidos, y más tarde a Macao, en los 90, un planning de torneos, parecía más esto: «Los Angeles – Las Vegas – Atlantic City y vuelta a Las Vegas«. Quieras que no, los viajes son algo muy cansado, y que pesa en las piernas cuando se acumulan los kilómetros con cierta regularidad.
Estos es, poco más o menos, lo que le está pasando a Negreanu en estos momentos. Cansado de viajar tanto, ya avisa que, de aquí en adelante, medirá muy bien sus viajes y seleccionará con mimo cuáles son los torneos en los que realmente desea participar, evitando así otros destinos no tan apetecibles para él.
En cambio, admira la perseverancia que su compañero de equipo, Jason Mercier, ha mostrado recientemente, asegurando que jugará todos los torneos posibles a lo largo del 2013, persiguiendo así su objetivo de 1.000.000$ en beneficios.
Negreanu le sugiere que aproveche su juventud, ya que cuando llegue a su edad, y el instinto paternal empiece a llamar a su puerta, como le está sucediendo al canadiense, esa energía empezará a evaporarse, y sus prioridades, cambiarán.
