Parece una tontería, pero los cubrecartas son algo más importante de lo que parece. Al margen de la carga de superstición que tienen para los que los usan como amuletos, la verdad es que resultan una herramienta muy útil para evitar que el crupier te retire la mano cuando estás en juego.
Todos lo hemos visto en alguna ocasión y es algo que ocurre hasta en las mejores familias, incluso en las World Series of Poker. Aquí podemos ver una mano en la que abre JC Tran y Estelle Denis se juega el all in. Las reglas dicen que el jugador es 100% responsable de proteger sus cartas, pero Denis no lo hace y el crupier las arroja al mazo por error. El Director de Torneo podría haberla obligado a jugar el all in sin cartas, pero fue benévolo y sólo le quitó lo suficiente para hacer call a la apuesta de Tran.
A los que nunca cogerán en un renuncio de este tipo es a algunos de los grandes clásicos del poker, viejos lobos de mar que llevan años recorriendo los casinos de medio mundo y que han visto miles y miles de manos.
Los fósiles de Greg Raymer
El campeón del Main Event de las WSOP® de 2004 es conocido como «Fossilman» por su costumbre de poner sobre la mesa fósiles para cubrir las cartas. Bueno, también quedan para el recuerdo sus particulares gafas.
Los tiburones de Humberto Brenes
Hubo un tiempo en que los tiburones de Brenes mordían sin compasión. No pincha un premio de 6 cifras desde 2011 y ahora anda un poco de capa caída, pero «The Shark» sigue manteniendo los dientes afilados y nunca se sabe cuándo puede volver a morder.
El globo terráqueo de Steve Dannenmann
Su primer pinchazo en un torneo en vivo fue el 2.º puesto en el Main Event de las WSOP® de 2005, aquel que ganó Joe Hachem. Desde entonces, sus resultados son bastante discretos, apenas medio millón de dólares en casi 10 años, pero su cubrecartas no ha parado de viajar de Atlantic City a Las Vegas. Ver un poco más de mundo no le vendría mal.
El Casper de Doyle Brunson
Con 10 brazaletes de las WSOP® a sus espaldas, es uno de los jugadores más respetados y queridos del panorama mundial. Durante un tiempo llevaba un Zippo de los Cazafantasmas como cubrecartas, pero para él era «Casper, el fantasma amigable». Qué más da, Brunson puede hacer y decir lo que le dé la gana.
El Tren de Paco Torres
Si barremos para casa, el de Paco Torres es sin duda es uno de los cubrecartas más destacados del poker español. Ha parado en todos los casinos del país y su recorrido está todavía muy lejos de la última estación. Muy grande, Paco Torres.