¿Cuándo cambiar de mesa?

Muy fácil: sigue jugando mientras seas favorito en la mesa y mientras sea una partida rentable. En el momento en que veas que no hay nada que rascar, no pierdas más tu tiempo y busca otra mesa. Esto que parece tan sencillo, muchas veces no lo llevamos a la práctica y convertimos nuestro juego en un duelo personal con otros jugadores. Nos puede el desafío de un reto o la sed de venganza y normalmente este tipo de enfrentamientos no son nada rentables. Se supone que nuestro principal objetivo es ganar dinero. Y si queremos conseguirlo, tenemos que ser inteligentes en nuestras decisiones.

Hemos observado que algunos jugadores utilizan otra táctica que consiste en llegar a una cantidad de ganancias en una mesa, e independientemente de lo rentable que pudiera ser la partida, se levantan en busca de otra. Por ejemplo, se sientan siempre con $50 en mesas de límite $1-2 y cuando llegan a $70, se levantan y vuelen a sentarse en otra de nuevo con los $50 iniciales. Creo que lo que buscan en estos casos es el factor sorpresa y no dar opción a que sus oponentes recuperen el dinero perdido. Este tipo de estrategia puede ser buena para los jugadores que tienden a perder disciplina cuando ven que tienen ganancias en la banca. Cambiar de mesa cuando estás arriba y sentarte en otra con el dinero inicial tiene un efecto psicológico diferente porque parece que siempre estás empezando de nuevo, y puede ayudar a hacer un juego más disciplinado.

¿Cuándo dejarlo para otro día?

-Retirarse ganando.

¿A quién no le ha pasado lo de ir ganando al principio y acabar perdiendo? Me acuerdo de que mi mujer cada vez que me pasaba algo parecido, siempre me decía:¿Por qué no te retiraste cuando ibas ganando? Con el tiempo lo ha entendido.

Retirarse cuando se va ganando tendría sentido si nuestra idea es no volver a jugar; de esta forma, al menos garantizamos esos beneficios. Pero todos sabemos que para un jugador de poker, no volver a jugar, es posible pero poco probable.

Cuando hacemos nuestras cuentas, lo que importa son los resultados en relación al tiempo jugado. Los buenos jugadores establecen una media de ganancias a la hora basada en cientos y miles de horas independientemente del resultado final de sesiones aisladas. Entonces, ¿qué diferencia en nuestra media de resultados va tener seguir jugando mientras se está arriba o retirarse y volver a empezar al día siguiente? Desde mi punto de vista, ninguno. Si estás en racha, eres favorito y no tienes obligaciones por las que te tengas que retirar, ¿por qué dejarlo? Simplemente continúa haciendo tu mejor juego.

Un mal jugador, que pierde dinero habitualmente, lo que consigue retirándose cuando está arriba es retrasar los inevitables malos resultados e irse para casa contento aunque sea por un día; pero no evitará perder su dinero tarde o temprano.

-Limitar las perdidas.

Poner un límite en las pérdidas es totalmente recomendable si consideras que por causa de ellas ya no eres capaz de realizar tu mejor juego. Esto suele ser habitual, incluso en jugadores experimentados y profesionales. Cuando es así, lo mejor es hacer un descanso o dejarlo para otro día.

De todas formas no penséis que poniendo un límite a las perdidas se solucionarán todos los problemas. Lo que realmente puede limitar las pérdidas a largo plazo, son la preparación, la experiencia y la acumulación de buenas decisiones a lo largo del tiempo.

Si las pérdidas no te impiden desarrollar tu mejor juego y estás sentado a una mesa en la que eres favorito y está llena de patos, no te preocupes por los resultados negativos puntuales. Con tiempo, las cosas volverán a su sitio.

-Entonces, ¿cuándo dejarlo?

La respuesta una vez más es fácil de ver pero no tan fácil de seguir. No sé por qué las personas tenemos esa extraña habilidad de hacer lo contrario a lo que sabemos que es lo correcto.

Lo correcto es seguir jugando mientras tengamos tiempo y estemos en las mejores condiciones para hacer nuestro mejor juego. Cuando te veas en desventaja con tus oponentes, haz un descanso o déjalo para el día siguiente. Internet nos ofrece la posibilidad de encontrar una partida cada vez que la busquemos. No vale la pena forzar la máquina y seguir jugando cuando no tienes las de ganar. Hay razones muy distintas por las que puedes estar en inferioridad con tus oponentes: perdida de autocontrol (tilt), cansancio, falta de concentración, desequilibrio emocional, distracciones, ansiedad… Los grandes agujeros en nuestra banca se suelen hacer cuando jugamos en estas circunstancias. Te ahorrarás mucho dinero si lo evitas.