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Cómo enseñar a jugar al poker a tu pareja

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La vida en pareja es complicada y no hay necesidad de compartir las mismas aficiones para que la relación funcione. De hecho, hasta dirí­a que es sano que cada uno tenga su propio espacio para poder desahogarse y desconectar temporalmente del otro. Aun así­, hay gente que se empeña en compartirlo todo.

A Gavin Griffin ya no se le ve tanto por los torneos como antes. No gestionó bien su bankroll y todaví­a está recuperándose de un puñado de malas decisiones, pero esta experiencia le ha mejorado como persona y ahora tiene montado una especia de consultorio en el que comparte su experiencia para ayudar a los demás.

Le preguntan de todo y no siempre relacionado con el poker. Hay una pregunta que me ha llamado la atención: «He estado tratando de enseñar a jugar al poker a mi esposa y la cosa no va bien. ¿Alguna sugerencia? – John».

Recuerdo que una vez conocí­ a una pareja en la que él estaba enseñándole a ella a jugar para que tuviese otras opciones de ganarse la vida si las cosas se torcí­an, si se quedaba sin trabajo y él ya no estaba allí­ para enseñarle. Todo amor y sentido de la planificación. Seguro que el muchacho era un buen jugador.

No sé si el tal John lo hace por amor o porque es un pesado egoí­sta, pero el caso es que Gavin Griffin vivió una situación similar y tiene respuestas para todo.

«Antes que nada, buena suerte. Traté de enseñarle a mi esposa algunos conceptos de torneos hace unos años. Es ingeniera civil y mucho mejor que yo en matemáticas. Tiene una mente muy lógica y aparentemenet deberí­a ser muy competente en el poker, pero tení­a dos problemas.

En primer lugar, se impacientaba. Es normal. No disfrutaba demasiado con el poker y es muy duro hacer frente a la rutina de un largo dí­a de torneo. De hecho, la paciencia podrí­a ser la mayor vitud que poseen los jugadores, la capacidad de tomar continuamente decisiones correctas sin importar el tiempo que llevas jugando ese dí­a o el número de dí­as consecutivos que lo llevas haciendo.

Su segundo problema era su fuerte tendencia a guiarse por los resultados. En el poker es muy importante saber que no importa cuántas buenas decisiones hayas tomado. Un turn o un river desafortunados pueden echar todo al traste. A causa de su profesión, donde si un puente se cae es porque se ha hecho algo mal y no por la mala suerte, se enfocaba demasiado en los resultados. Si un puente se cae es tu culpa. Fin de la historia.

Las enseñanzas no fueron bien. Cometí­ un error al tratar de enseñarle demasiadas cosas juntas en lugar de hacer muchas sesiones cortas. Si no, las cosas se entremezclan en la cabeza y las cosas importantes pueden pasar desapercibidas y a las complementarias se les puede dar más importancia de la que tienen. Además, si el poker no te entusiasma es difí­cil prestar atención más de 15-30 minutos.

Y aquí­ viene la cuestión más importante. ¿Le enseñas porque ella quiere aprender o porque túquieres que aprenda a disfrutar de tu pasatiempo? Si es la segunda opción va a ser un proceso muy complicado. El poker puede ser un juego muy seco y aburrido«.

Más claro, agua. La vida en pareja se basa en la comunicación y el compromiso. Todos estamos dispuestos a ceder un poco, pero si tienes que forzar la máquina para compartir aficiones, mala cosa. Y si como jugador de poker tienes algo de idea de comunicación no verbal, deberí­as saber que a veces «si» significa «no». ¿Quieres que te enseñe a jugar al poker? No. Si tenéis las mismas aficiones, enhorabuena, y si no, pues no pasa nada.

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