Una reciente investigación del FBI ha sacado a la luz las prácticas de extorsión y coacción que se llevaban a cabo en una partida ilegal de poker.
Dicha partida tenía lugar en Manhattan y en ella estaban presuntamente involucrados jugadores profesionales de poker, celebridades y altos ejecutivos de Wall Street. Su organizador, Kirill Rapoport, de 41 años, se declaró culpable en agosto de montar dicha partida como parte de un red de apuestas ilegales que ha movido alrededor de 100.000.000$ según estimaciones policiales.
Hasta aquí nada excesivamente extraño.
Lo interesante de la historia son los métodos que Rapoport y su socio, Arthur Azen, utilizaban para cobrar las deudas contraídas por algunos jugadores. La intimidación y la violencia eran sus tácticas preferidas. Incluso con el fin de imponer más respeto llegaron a contratar a luchadores de artes marciales mixtas (MMA) para que castigaran físicamente a los morosos.
Todo esto lo descubrieron agentes del FBI el 5 de octubre de 2012 mientras seguían a Azen. En un determinado momento los agentes observaron como el sospechoso se reunía con los luchadores y se dirigían hacia uno de los jugadores de la partida. En este momento el FBI se dio cuenta que la integridad física de dicho gambler corría serio peligro, sin embargo ellos no debían intervenir a fin de no echar por tierra la investigación. En una decisión rápida e inteligente decidieron llamar a la policía de Nueva York e informar de que se estaba traficando con marihuana.
Tras la intervención policial el jugador, agradecido, reconoció que le debía a Azen un total de 40.000$ de las partidas de poker. Los nombres de los luchadores no aparecieron jamás en los documentos judiciales.
Tras esta situación, el FBI denunció tanto a Rapoport y Azen como organizadores de partidas ilegales y extorsión. Aunque en un principio los abogados que representaban a ambos intentaron demostrar su inocencia, finalmente los dos hombre decidieron declararse culpables de los cargos imputados con intención de evitar largas penas de cárcel. Rapoport se enfrentaba a una pena de hasta 12 años de prisión. Con su declaración la fiscalía pedía de 6 a 12 meses entre rejas.
Y éste no es el único caso de este estilo. La semana pasada Molly Bloom ‘la princesa del poker’ se declaró culpable de dirigir juegos de apuestas altas y estará hasta seis meses en prisión.