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Las claves que pudieron acabar con Moneymaker y el poker online

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Los literatos, especialmente los autores de ciencia ficción, saben que en la ucroní­a tienen una fuente inagotable de ideas. Imaginar cómo se desarrollarí­an los acontecimientos en el hipotético caso de que un momento histórico no hubiera existido o se hubiera resuelto de una manera completamente distinta ha sido y es un origen inmejorable para cualquier relato.

¿Qué hubiera sido de España si Franco no logra llegar de Canarias a Marruecos en el «Dragon Rapide»?¿Y si Blí¼cher no llega a tiempo para reforzar el flanco de Wellington en Waterloo?¿Y si Patton no se frena en Alemania e invade Rusia, como pretendí­a que hiciera el ejercito de Estados Unidos en 1945?

En el poker, la ucroní­a más inquietante es pensar qué hubiera sido del poker si Chris Moneymaker no llega a ganar el evento principal de las World Series of Poker de 2003.

Por si hay algún despistado que no conozca la historia real, la que ha quedado escrita en los libros, vamos a recordarla brevemente. En 2003, un desconocido jugador con un apellido que el que más y el que menos llegó a sospechar que era un seudónimo -el fabricante de dinero, en español-, consiguió ganar 2.500.000$ en las WSOP después de clasificarse online por 86$. Su ejemplo inspiró a miles de jugadores a lo largo de los años, e hizo que el poker online creciera desmesuradamente durante la época conocida como el «boom» del poker. El famoso efecto Moneymaker.

Si sueltas las riendas de tu imaginación y te permites fantasear sobre lo que hubiera ocurrido si los hados hubieran decidido cambiar de ganador, las ramificaciones pueden ser innumerables. A lo mejor, el poker nunca hubiera llegado a ser lo popular que es hoy. Probablemente, PokerStars no habrí­a llegado a ser el mayor operador del sector. Yo no estarí­a escribiendo estas palabras y túestarí­as leyendo un blog sobre videojuegos, o finanzas, quién sabe.

Pues te voy a contar un par de cositas. Estuvo en un tris de ocurrir. Que Moneymaker no fuera campeón. Y no hubo un momento clave en el que todo pudo dar un giro de 180º; hubo varios.

Voy a utilizar como fuente principal a Dan Goldman, que formó parte del equipo de marketing de PokerStars entre 2002 y 2007. De hecho, llegó a dirigirlo. Goldman relató sus experiencias como directivo de PokerStars en su blog personal, especialmente acerca de aquella semana de 2003, lo que nos permite tener una visión única, í­ntima y cercana de todo lo que rodeó a aquel torneo.

El satélite que casi no se juega

En 2003, PokerStars estaba muy lejos de ser la sala de poker online más potente del planeta. Los satélites online eran aún una novedad. En 2.002, el primer año en que PokerStars envió clasificados online al Main Event, solo dos personas consiguieron su entrada a través de sus clasificatorios .

Pero algo estaba cambiando ya en 2003. La previsión para aquel año era mucho mayor, al menos al nivel de las cifras que moví­an entonces. Alrededor de 30 o 40 personas. Curiosamente, este mí­nimo éxito estuvo a punto de herir de muerte al poker online.
Tener que pagar las entradas a las WSOP de toda esa gente para poder garantizar los satélites, a 10.000$ por clasificado online, le suponí­a a PokerStars invertir una buena parte de su liquidez. En las altas esferas se produjo una disensión interna entre quienes propugnaban organizar los satélites y los que pensaban que era una temeridad.

Ya no es que Moneymaker pudiera o no ganar. Estaba en duda proveer la ví­a de acceso que Chris utilizó para asegurar su presencia en el torneor. Hubo gente que puso su carrera profesional en juego para sacar adelante la agenda de satélites de aquel año. Unos héroes.

El turn más importante de la historia del poker

En aquellos tiempos, el Main Event duraba cinco dí­as. Se jugaba en dí­as laborables, de lunes a viernes, justo antes del puente del Memorial Day. Moneymaker llegó al miércoles sin demasiada suerte en el sorteo de mesas. Le habí­an asignado de principio a Howard Lederer, Paul Darden -uno de los pocos jugadores de poker de color con cierto renombre- y el vaquero Kenna James, todo un personaje dentro y fuera de las mesas.

Chris se defendió más que aceptablemente. Incluso eliminó a Johnny Chan, que le vio con su gorra y su chaqueta de clasificado online e intentó cebarse con él. Pero a punto estuvo de atragantársele Humberto Brenes, «The Shark».

Se hace raro ver al tico sin una sonrisa en la boca y sin putas ganas de hacer bromitas a la cámara con su tiburón de plástico, pero las grandes sagas históricas, además de sus héroes, también tienen sus mártires. Si la carta de ese turn llega a tener un trébol menos…

El Moneymaker sueco

La gente de PokerStars seguí­a muy de cerca a los cada vez más escasos clasificados online que les quedaban en el torneo llegado el jueves. Habí­a un chico británico: por supuesto Moneymaker seguí­a por allí­; pero la mesa a la que se les escapaban los ojos era la de un rotundo hombretón sueco, Olof Thorson, que llevaba una docena de niveles como chipleader destacado del torneo .

Dan Goldman, que se habí­a agenciado un pase de prensa por su cuenta, siguió con tanta atención la partida que se tiró todo el dí­a sin comer. A última hora de la tarde, el británico ya habí­a sido eliminado y quedaban dos mesas, 16 jugadores. Thorson seguí­a de chipleader, con 1.300.000 puntos. La media era de 500.000 puntos y, en ciegas, el sueco tení­a 130.

Para la estructura de las WSOP, con sus niveles de dos horas, esa es la situación más estable que podrí­a uno desear, así­ que Goldman se tomó quince minutitos para ir a comer algo. Cuando volvió al Binion’s, un periodista le preguntó, «¿qué le ha pasado a tu chico?». -¿Ha cambiado algo? Salí­ un minuto a comer algo». -«Pues sí­, está fuera».

La historia del Main Event está llena de idas de olla. No sé si recuerdas al alemán Morgenstern, que tení­a una porrada de puntos cuando solo quedaban tres mesas, en 2013, y se puso a 4betear y 5betear basura sin ton ni son. O cuando Scotty Nguyen se dejó llevar por el ego en 2007 y perdió una oportunidad de oro de repetir brazalete en el Main Event jugando rangos que harí­an temblar al mismí­simo Gus Hansen.

Pero como este tildazo no hay ni habrá otro igual. Porque si Thorson no llega a cagarla así­, es probable que el mercado americano se hubiera quedado sin su héroe. ¿El «efecto Thorson»? Nada que ver.

La timidez del abanderado del poker online

Bueno, la Historia siguió su curso y Moneymaker ya es campeón. Ahora viene lo del crecimiento exponencial del número de satélites online y de las cifras de participación en el Main Event, los premios de 10.000.000$ y todo eso, ¿no?

Pues no, amigo. En los salones del Binion’s, apenas fueron unos centenares de personas los que vieron ganar a Moneymaker. La noticia iba a tener cierta repercusión en los medios, eso estaba asegurado. La ESPN le dedicaba unas horitas al Main Event todos los años -por eso podemos ver las grabaciones de aquel mí­tico torneo-, y la prensa seguro que iba a encontrar algún hueco en páginas interiores para hablar del tipo que ganó 2.500.000$ jugando a las cartas, pero gran parte del peso de la promoción debí­a recaer sobre los hombros del propio Moneymaker.

Era Chris el que debí­a contar su historia; poner cara al sueño americano. Aparecer ante el resto de jugadores online como el pelado que se merendó a los popes del poker sin más inversión que un billete con la cara de Benjamin Franklin.

Goldman habló un poco con Chris un par de horas después del torneo, pero no consiguió que le cogiera el teléfono el sábado. Ya te comenté que el Main Event acababa justo antes del puente del Memorial Day. El último lunes de mayo es festivo en Estados Unidos, y el representante de PokerStars decidió ahorrarse los atascos y volver a casa el mismo domingo. Intentó hablar con Moneymaker por la mañana, y no obtuvo respuesta. Tampoco cuando llegó a su domicilio después del viaje.

De repente, por la tarde, le sonó el teléfono. Era Chris. -«Veo que has estado intentando contactar conmigo. Estoy de vuelta en Nashville». -«Ok, imagino que todo estaba siendo una locura allí­. Mejor estar en casa». -«No, no estoy en casa, estoy en el trabajo».

En domingo. Ví­spera de festivo. Con 2.500.000$ frescos en la cuenta.

-«Oh, impresionante. Mira, vas a recibir un montón de llamadas de la prensa. Tendrí­amos que ver como ordenamos tu agenda y preparar un par de respuestas para las preguntas más comunes que te van a hacer».

-«Es que no estoy muy seguro de querer hacerlo. Creo que no quiero ser famoso» .

Ese fue el último nudo que hubo que desenredar para que el poker online fuera tal y como lo conocemos. El momento en que estuvo más cerca de cambiar todo. Goldman le dijo a Moneymaker que PokerStars querí­a hacer de él su portavoz, el rostro de la sala, y que el Main Event era tan solo el inicio de su carrera en el poker. Querí­an que viajara con la pica roja en el pecho, que jugara torneos, y que contara a todo el mundo su fantástica experiencia, su cuento de hadas.

Chris pidió tiempo para decidirse, querí­a hablarlo con los suyos. Fueron cinco dí­as en los que el destino del poker online pendió de un hilo. Finalmente accedió, con dos condiciones: su familia debí­a quedar al margen de todo aquello y querí­a mantener su trabajo de contable para una pequeña cadena de restaurantes.

Tanto Chris como la gente de PokerStars creyeron que podrí­an conseguir cierta repercusión, pero que Chris no tendrí­a que sacrificar su intimidad. Pero se les fue completamente de las manos. La gente se volvió loca con él. «El Fabricante de Dinero que fabrica dinero de verdad». Demasiado bueno para ser cierto. Como dice Goldman, era el hombre perfecto, en el momento perfecto y con el nombre perfecto.

Moneymaker nos trajo aquí­. Así­ de simple.

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