Inicio Capacidad de conseguir y aprovechar información

Capacidad de conseguir y aprovechar información

Capacidad de conseguir y aprovechar información

El poker es un juego de información imperfecta; nadie puede llegar a conocer todos los factores que intervienen siquiera en la resolución de una sola mano. Por ello, los torneos Texas Holdem No Limit siempre acaban convirtiéndose en una auténtica lucha entre los mejores jugadores por conseguir, asimilar y aprovechar la mayor cantidad de información disponible.

La suerte es solo un factor secundario en las competiciones, aunque en ocasiones su romanticismo o su glamour le permitan adquirir más notoriedad que otros. Baste señalar como ejemplo la épica victoria de Chris Moneymaker en las World Series of Poker® de 2003, rozando los límites matemáticos de la probabilidad. Desde entonces, Moneymaker ha sido considerado por muchos aficionados al poker como la persona con más suerte de la Historia de la Humanidad.

Los buenos jugadores son auténticos especialistas en buscaranalizarrecordaraprovechar y rentabilizar todos aquellos datos que pueden tener influencia en una mesa de poker. Dedican todo su tiempo de juego a buscar esas pistas, tanto cuando están inmersos en una mano, como cuando han tirado sus cartas. Son conscientes de que cualquier distracción les supone una pérdida de poder, que, con seguridad, aprovecharán otros rivales más atentos. Por ello, evitan todas las incidencias que les puedan impedir prestar continua atención al desarrollo de un torneo. Por ejemplo, son reacios a hablar en la mesa, ya que obtienen más información observando el juego de sus rivales que intentándoles sacar información. Ello no quiere decir que no utilicen todos los recursos a su alcance para conseguir la mayor cantidad posible de información.

Con dicha actividad, consiguen ventajas cualitativas que les permiten avanzar con cierta seguridad en las competiciones. El poker es un juego de decisiones únicas. La información ayuda a los buenos jugadores a elegir las alternativas más adecuadas, minimizando la posibilidad de cometer errores. Y ello les permite encontrar ventajas sobre los rivales, aprovechar coyunturas favorables poco evidentes, valorar las consecuencias de sus acciones y controlar mejor los riesgos a asumir. En resumen, la información les fortalece a la hora de buscar los dos objetivos básicos del juego en torneos: la acumulación de fichas y la supervivencia.

Los jugadores de poker deben buscar información tanto en las mesas de juego, como en sus «alrededores».

Los «lobbies» presenciales o virtuales de los torneos ofrecen información sobre las características de las competiciones. Aspectos como la estructura de los premios, la cercanía a las posiciones remuneradas, los cambios de los niveles de apuestas ciegas, el inicio del pago de los antes o la posición ocupada en relación con las posiciones remuneradas pueden tener, como ya hemos indicado previamente, una enorme influencia en el juego.

No obstante, la mayor fuente de información para los jugadores de poker es la propia mesa. En ella, tratan de conseguir datos sobre el estilo de juego de los rivales, tienen en cuenta el tamaño de los stacks, controlan en todo momento las posiciones y realizan un análisis profundo de todas y cada una de las manos jugadas. Al contrario que en los alrededores, no toda la información surgida en el contexto del juego en una mesa es evidente y directamente accesible. En muchos casos, la observación directa no es suficiente y para conseguir información útil es necesario realizar operaciones intelectuales más complejas, como la abstracción y la experimentación. Los jugadores pueden controlar el tamaño de los stacks de los rivales o las posiciones que ocupan en una mesa durante una mano determinada, pero ambos datos serán irrelevantes si no se combinan con otros más subjetivos, como el estilo o la incidencia del número de fichas en el juego, u ocultos, como las cartas que tiene el jugador. Por ello, los jugadores tienen en cuenta distintos factores para conseguir esta información. Dejando aparte de los comportamientos personales, prestan atención, entre otros aspectos, a las cartas iniciales, los patrones de apuestas o la credibilidad de sus acciones. Generalmente toman la iniciativa en el juego, invirtiendo fichas con la intención de forzar a los rivales a tomar decisiones que descubran la información buscada. En cambio, salvo en casos muy puntuales, no suelen comprar información, igualando apuestas ajenas. Saben que, con paciencia y observación, el juego de los oponentes les será revelado con el transcurso de las manos. Y nunca comprometen sus decisiones, cuando no tienen la suficiente información; en estos casos, se dejan guiar por el cálculo de las odds y, en menor medida, por el instinto. En resumen, los buenos jugadores buscan siempre información en las mesas de forma creativa.