Si David Apostolico, en su Tournament Poker and The Art of War , trata de explicar cómo la teoría militar de Sun-Tzu puede mejorar el nivel de un jugador, ¿por qué no vamos a intentar buscar paralelismos entre las situaciones del poker y la filosofía griega? Uno de los principales pensadores helenos, Heráclito de Éfeso, pasó a la Historia por pronunciar una máxima, que puede aplicarse perfectamente a un torneo Texas Holdem No Limit: «Todo fluye, nada permanece»; es decir, que todo está cambiando continuamente y que no hay en la realidad nada que permanezca igual en dos momentos distintos. Así son literalmente los torneos. Todo cambia en cada segundo. Las posiciones en la clasificación de la competición cambian tras cada mano. Los jugadores varían su estilo para impedir una fácil lectura. Las fichas pasan de unos a otros. Las posiciones en las manos van rotando en torno del dealer. Las cartas repartidas tienen distinta fuerza en cada jugada. Las apuestas son diferentes…

Los cambios son tan rápidos y tan seguidos que el éxito en los torneos depende, en gran medida, de la capacidad de adaptación del jugador a las múltiples situaciones que se le presentan. Esta habilidad nace de la capacidad de percibir los cambios, de obtener información no evidente, y le permite al jugador generar y aprovechar ventajas que le reportarán distintos beneficios: podrá adecuar rápidamente su estilo y anticiparse a las acciones de los rivales para ganar más fichas o perder menos.