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Un cambio en la regulación sería favorable para todos

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Todos los aficionados españoles al poker sabemos que el modelo latino de regulación -el impuesto a la fuerza en nuestro paí­s- no ha sido nada positivo para nuestro sector.

Pese a ello, creo que los polí­ticos se sienten satisfechos con su trabajo, ya que, en efecto, la legislación ha cumplido con sus principales objetivos, es decir, puede haber tenido efectos positivos en materias como la protección del menor, la prevención de la ludopatí­a, el control técnico de la aleatoriedad de los sistemas de reparto de cartas de las salas o la defensa de los derechos de los jugadores ante los operadores.

No obstante, me gustarí­a que tuviesen una perspectiva algo más amplia.

El modelo regulatorio que escogieron los socialistas de Zapatero cuando maquinaron la Ley del Juego, y que después aceptaron los populares de Rajoy cuando la pusieron en vigor ha perjudicado y perjudica notoriamente tanto a las salas como a los jugadores.

Si fuera el único modelo posible, me callarí­a, porque a los polí­ticos les importa más cuidar los aspectos que he citado que recaudar más impuestos o salvaguardar el futuro de una industria cuyo potencial creo que no llegan a atisbar.

No obstante, ¿que pensarí­an los polí­ticos si les decimos que podrí­an cumplir todos sus objetivos favoreciendo, además, el futuro del sector, dejando jugar o trabajar a los jugadores recreacionales o profesionales, y prosperar a los medios especializados y a los operadores legales en España?

¿A que suena bien?

La solución no es difí­cil. Pasa por un cambio de modelo de regulación del poker online; por adoptar el modelo inglés, cuya eficacia ya ha sido plenamente comprobada, abandonando el desastroso modelo «latino», que lleva años perjudicando a las industrias de Francia, Italia y España.

El modelo latino está haciendo entrar en crisis a un sector que antes de pasar por las manos de los reguladores era próspero y pujante.

Sus consecuencias sobre los operadores y los propios jugadores han sido calamitosas:

  • Endurecimiento de la presión fiscal sobre las salas, que se ha traducido en el incremento del rake y las tasas en perjuicio de los jugadores (la «primera tributación«), y en la progresiva reducción de la oferta de salas (recordemos el cierre de paf o Poker770, o el anunciado de Eurojuego Star).
  • Tributación de los beneficios de los jugadores (netos tras la autorización de la compensación de pérdidas), sometiendo a los jugadores ganadores a una «doble tributación«.
  • Cierre del mercado internacional y reclusión a uno nacional y de tamaño decreciente.
  • Exilio de los mejores jugadores españoles en busca de mejores condiciones de trabajo (con la consecuente pérdida fiscal y de gasto cotidiano).

Dejando aparte el cierre de salas, las estadí­sticas de tráfico en los tres mercados latinos son alarmantes, ya que dejan ver una tendencia claramente negativa.

La gráfica que os incluyo a continuación muestra la evolución histórica del tráfico «legal» en los mercados regulados de Italia, Francia y España.

Gráfica de evolución del tráfico en los tres mercados latinos regulados.
Fuente: Pokerscout / Pokerfuse Pro

En ella se aprecia ní­tidamente que el pico de tráfico de 2014 es considerablemente inferior al de 2013 en los tres paí­ses. Así­ mismo, la lí­nea de tendencia es a la baja en los tres casos, siendo incluso más pronunciada en los paí­ses vecinos, en los que el modelo regulador está más maduro al llevar más años implantado.

Hace unos dí­as publicamos en Poker10 una noticia en la que advertí­amos que los ingresos fiscales del juego recogidos en Malta (un paí­s de 450.000 habitantes, en el que viven muchos pros del poker) eran muy cercanos a los de España (más de 46 millones). Realmente, nos están devolviendo con creces el 12 a 1…

Me resisto a creer que los polí­ticos desconocen todos estos datos. Su trabajo es estar pendientes de la evolución de los mercados regulados; evitar riesgos sociales; conocer los resultados de los distintos modelos de legislación; mejorar las condiciones lúdicas y laborales de los jugadores y los operadores, y conseguir mayores ingresos sin destrozar el sector.

En mi opinión, implantando el modelo inglés conseguirí­an cumplir con sus objetivos «sociales» (velar por la protección de menores, prevenir la ludopatí­a y defender la limpieza del juego y los derechos de los jugadores) y además cuidarí­an la salud de una industria que satisface el ocio de muchas personas, es el negocio de otras muchas y puede llegar a reportar al Estado cuantiosos ingresos fiscales (balsámicos en la actual situación de crisis).

Francamente, no entiendo por qué no cambian el modelo regulador. Y tampoco que se hayan movido tan poco en relación con la cacareada unión de los mercados regulados.

A dí­a de hoy, el modelo inglés es nuestro sueño, ya que podrí­amos jugar en un mercado internacional (con más tráfico y con la posibilidad de conseguir mayores premios), no tendrí­amos que estar sometidos a la «doble tributación» (contribuirí­amos por medio del rake y las tasas pagadas a las salas), estas no estarí­an tan presionadas, los mejores jugadores no tendrí­an que exiliarse, y los derechos de los jugadores y la protección de los colectivos de riesgo estarí­an igual y completamente asegurados.

El tiempo pasa y nada cambia. Y mientras tanto, el poker sigue afectado por una enfermedad: la falta de vista de los polí­ticos de este paí­s. Ojalá se den cuenta de que un cambio beneficioso para todos es posible.

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