Qui Nguyen inicia su reinado de un año de duración, ganado a pulso en una de las mesas finales más extrañas de los últimos años en el Main Event de las WSOP.
Aún no ha habido tiempo ni de sacrificar a los armiños que donarán involuntariamente su piel para la capa del nuevo monarca del poker, y ya hay alguno de sus nuevos súdbitos que están sufriendo por la ascensión al trono del jugador más buscado por las salas de bacarrat de los casinos de Las Vegas.
El primero en sufrir en toda su intensidad las ráfagas de jugadas fuera de la teoría pokeril y los embates de las olas de contradicciones al GTO que desató el tifón Nguyen fue Gordon Vayo.
Uno pensaría que el tipo está tan campante, en su casa, haciendo planes para darse un capricho con el pico de los 4.000.000$ que ganó por quedar segundo. Pero no. Desde la última mano de la mesa final, sigue respondiendo a gente que le pregunta cómo demonios se dejó ganar así de fácil por Nguyen.
La estrategia del parapeto le funcionó perfectamente hasta el heads-up. Vayo prefirió incubar sus fichas cual gallina ponedora, protegiéndolas de los ataques de inseguridad que forzaron las salidas de Benger o Ruzicka, y nitear su estancia hasta el último día de competición. Pero esa estrategia no vale contra Nguyen, que igual te sale por un lado que por el otro, te atiza del revés o del envés, con la zurda que con la derecha.
La única defensa que encuentra Vayo es que él estaba tan desconcertado como el resto de los presentes y de los televidentes.
Es complicado descifrar sus líneas, una estrategia de parte de Qui. No juega de una sola manera, sino que cada mano la juega de manera muy diferente.
Esto no tiene por qué ser negativo. La mayoría de la gente no logra adaptarse a alguien que juega de manera diferente en cada mano, pero a la vez hacer las suposiciones correctas. Y él fue capaz.
Esa es otra. Qui Nguyen parecía que tuviera rayos X en la mirada. A la hora de pagar o farolear, siempre estimaba la opción correcta. Algo que, a decir de muchos, no fue capaz de hacer Antonio Esfandiari desde la cabina.
Al mago debería perdonársele no saber por dónde iba a salir Nguyen, porque no lo sabía nadie más en toda la audiencia, pero sus comentarios sobre las líneas más típicas a seguir levantaron críticas en Twitter. Y también levantaron algunos codos, porque había pros viendo la mesa final que hasta se montaron un juego de chupitos a costa de él.
we get it antonio, you love the continuation bet
— Connor Drinan (@ConnorDrinan) 2 de noviembre de 2016
@ConnorDrinan Drink everytime he says «I like leading here»
— Sam Greenwood (@SamGreenwoodRIO) 2 de noviembre de 2016
@SamGreenwoodRIO or «checking the turn shows weakness»
— Connor Drinan (@ConnorDrinan) 2 de noviembre de 2016
«Ya lo pillamos, Antonio, te gusta la apuesta de continuación. -Chupito cada vez que diga a mí me gusta pegar a quí de cara. -o que chequear el turn es muestra de debilidad».
Además de sus reiteraciones, en las redes también criticaron sus salidas de Perogrullo. Parece que a Esfandiari le ha salido un nuevo mote en el circuito: Capitán Obvio.
Pero cuidado, que según Matt Glantz, la mayor cantidad de víctimas debidas al tifón Nguyen aún están por venir, y se van a ver alcanzadas por él cuando intenten emular a Qui en las mesas.
«El poker de torneos se va a volver tan fácil ahora. Todo el mundo se va a poner a checkraisear flops con aire y a farolear cada calle. No puedo esperar a empezar a hacer calls».