Una de las condiciones impuestas por el Grupo Bernard Tapie (GBT) para la compra de Full Tilt Poker es el reemplazo de la actual cúpula directiva de la empresa y el nombramiento de un nuevo director provisional (que ellos llaman «chief restructuring officer«).
El nuevo jefe tendrá la misión de proteger todos los activos de Full Tilt Poker y sus empresas anexas, al menos hasta la firma del contrato de venta. Para ello, tendrá poder de decisión sobre todos los aspectos financieros y estratégicos de la compañía, excepto en el capítulo de gastos obligados, como el pago de los salarios de los empleados.
El Grupo Tapie también ha impuesto la condición de que no se repartan dividendos a los accionistas hasta que se culmine la venta de la empresa.
Poker10 ha podido saber que el GBT ha iniciado un proceso de selección de candidatos al citado puesto de director provisional, y que en dicho procedimiento no podrán intervenir los actuales propietarios de Full Tilt.
Por otra parte, Alderney sigue teniendo protagonismo en el culebrón, pese a que revocó la licencia de juego y a que se lavó las manos a principios de semana, afirmando que no volvería a mediar entre los jugadores y Full Tilt. Pues bien, ayer se desdijo de esta última información, pero no por un cambio de opinión sobre el tema. La policía le ha solicitado a la Alderney Gambling Control Commision que siga recibiendo las quejas y requerimientos de los jugadores afectados, como había hecho hasta ahora, y que se las envíe directamente. Al parecer, la AGCC se ha convertido en una herramienta útil para las autoridades policiales. Esto parece el «cuento de nunca acabar»…
