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Los brazos no mienten

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Cuando uno se sienta a una mesa de poker hay muchos factores a tener en cuenta. No sólo cuentan las cartas o los tamaños de las apuestas. Cualquier información complementaria que se pueda recabar siempre será bienvenida.

Los tells de los jugadores rivales, si es que tienen, resultan de gran ayuda para intentar saber en qué rango se está moviendo tu oponente o si te está intentando colar un farol. Hoy en dí­a, todo el mundo lo sabe y los jugadores de poker más avezados son plenamente conscientes de ello y se esfuerzan por minimizar sus expresiones faciales e incluso, por dar información que resulte ambigua o confusa.

Los tells faciales son los que captan la mayor atención, pero puede que no sean los que más información proporcionen. Un estudio de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, ha concluido que los gestos de los brazos son tan importantes o más que los del rostro. Ya habí­an hecho algo parecido en la Universidad de Stanford y las conclusiones fueron similares.

Llevaron a cabo varias pruebas en las que los sujetos analizaban las expresiones corporales de los jugadores en mitad de una mano. En unos casos veí­an el rostro del jugador y en otros veí­an los brazos. Sorprendentemente, habí­a muchos errores a la hora de catalogar el tipo de mano de los jugadores a los que se les observaba la cara. Sin embargo, el acierto aumentaba considerablemente cuando a los jugadores se les observaban los brazos.

Puede deberse a que los jugadores tengan ya entrenada su «cara de poker», pero lo que está claro es que el movimiento de los brazos contiene mucha información.

«A pesar de que los jugadores profesionales pueden ser capaces de regular sus expresiones faciales, los movimientos de los brazos podrí­an traicionar la calidad de su juego. Por tanto, las intenciones de los jugadores pueden resultar evidentes cuando cogen fichas para realizar una apuesta«.

Está claro que hay que tener en cuenta todo el cuerpo a la hora de comunicar o recibir esa comunicación, pero también es verdad que este tipo de estudios son poco rigurosos, con una muestra escasa y que no se pueden tomar al pie de la letra.

Sea como sea, cuidado con el rostro y con los brazos, cuidado con la carótida y de ninguna manera te inyectes botox. Si tienes un tell, soluciónalo de otra manera. Gus Hansen ya está buscando la solución al suyo.