El PokerStars Championship pisa terreno desconocido en Panamá, y siempre queda el temor de que, como en la estrategia militar, todos los planes y todas las previsiones queden obsoletas en el mismo intante en que se produce el primer contacto con los jugadores.
Sobre la salud del festival ya no hay reserva alguna. El National Championship, de 1.100$ de entrada, batió su garantizado de 400.000$ ya en el día 1A, con 423 entradas y reentradas, que serán cerca del doble cuando terminen las otras dos jornadas iniciales: el día 1B y el last chance turbo. Panamá va a ser un digno escenario para el segundo PokerStars Championship, del que mañana por la noche echará a andar el evento principal.
Donde igual se quedan un poco cojas las expectativas es en los torneos más exigentes para el bolsillo. Panamá es un viaje bastante cómodo para los profesionales que suelen formar el grueso de la participación en estos torneos, pero carece de un contingente local de jugadores interesados en este tipo de torneos, como el que se espera en Macau, o de un grupo suficiente de visistantes foráneos de los que pueda surgir algún valiente dispuesto a retar a los mejores jugadores del circuito.
Por eso, un jugador como Sergio Aido, uno de los más enrachados del circuito y que tenía echado el ojo a este torneo, acabó por no ver suficiente valor en él y prefirió invertir su tiempo y su dinero en otras cosas.
Jugando el PNC Panamá 1,100$ ya que no vi value en el 50k$ SHR. #grind
— Sergio Aido (@petgaming) 11 de marzo de 2017
Eso no quiere decir que no hubiese presencia española, pues una de las 33 entradas vendidas tuvo como receptor a nuestro Adrián Mateos. El madrileño probó suerte en el día 1, pero cayó eliminado y prefirió eludir la recompra.
Busto del 50k intente un farol grande vs kanit que llevaba top set… a seguir!
— Adrián Mateos Díaz (@Amadi_17) 11 de marzo de 2017
El registro tardío le hubiera dado oportunidad de volver a subirse al tiovivo al inicio del día 2, pero declinó la opción. A juzgar por cómo les fue a quienes sí lo hicieron, Adri estuvo muy acertado, pues el que llegó más lejos entre los que llegaron al cierre fue Bryn Kenney, que tuvo el dudoso honor de ganarse una mención especial en la crónica por caer en la burbuja.
La ocasión de dejar lista la mesa final y decidir quién entraba en premios se presentó mucho antes de lo esperado, por lo que los jugadores decidieron saltarse la cena y seguir jugando. En ese breve periodo de tiempo, Justin Bonomo, Daniel Dvoress y Bryn Kenney debían defender stacks bastante cortos hasta el plausible adiós de un desesperado Tim Adams, y Ben Tollerene y Steve O’Dwyer, chipleader del día 1, se debían repartir el papel de macho alfa.
Tollerene consiguió ganarle el botazo de la noche al irlandés con un shove en el river que desarmó a O’Dwyer y le pone en una muy buena situación para pelear por el triunfo. Por su parte, Kenney, actual número 1 de la clasificación del Player of the Year del GPI, quiso meter presión a otro de los stacks medios y robar ciegas con K8, pero se le atragantó el A9 con el que le pagó Dvoress. Una mano como caída del cielo para Adams, que solo tuvo que dejar pasar las cinco manos para las que le quedaban fichas a Kenney y entrar en premios con menos de 10 ciegas.
- Ben Tollerene 2.914.000
- Orpen Kisacikoglu 1.689.000
- Steve O’Dwyer 1.359.000
- Daniel Dvoress 1.308.000
- Justin Bonomo 756.000
- Timothy Adams 225.000
Adams ya tiene 110.920$ apalabrados por la organización, pero nadie le quita la ilusión de pelear por llegar a ganar los 538.715$ que hay para el campeón.