Todos los jugadores de poker tenemos marcado a fuego en nuestro recuerdo algún bad beat o alguna mano perdida especialmente dolorosa.
Esta que os voy a contar no se le olvidará en la vida a Connor Drinan, ya que, además de dura, le ha costado 1 millón de dólares; ha sido la mano de su eliminación en el Big One for One Drop.
El jugador estadounidense estaba bien colocado, con un stack de unos 5,8 millones de puntos, y quedan 19 supervivientes, que optaban a un primer premio de 15 millones de dólares.
Drinan levantó sus cartas y vio los cohetes:
Inició una guerra de subidas pre-flop, que terminó all-in frente a Cary Katz, que le cubría. Su rival descubrió las cartas:
Ya podéis imaginar qué pasó. Sí, color runner-runner de corazones para Katz:
Phil Ivey, Antonio Esfandiari y Sam Trickett, que compartían mesa con ambos, miraron alucinados la escena, al tiempo que un rumor se extendía por la Amazon Room del Rio.
Mientras tanto, Connor Drinan se iba de la sala, con un buen cabreo y con la sensación de haber perdido una de las mayores oportunidades de su vida.
Katz se quedó en la mesa, diciendo: «Nunca más me quejaré cuando me revienten dos ases«.