En un torneo, la imagen que creamos de nosotros en la mesa es importantísima, diría que hasta vital. Si logramos saber la imagen que nos hemos creado y lo que piensan nuestros rivales de nosotros, tendremos una ventaja sustancial a la hora de afrontar manos y llevarnos pots importantes. Me gustaría ilustrar esta máxima con un ejemplo real y reciente de un torneo que jugué el 22 de febrero en Las Vegas, concretamente en un evento de los Deep Stack Extravaganza del Casino Venetian:
La primera mano que quiero explicar ocurre en este contexto:
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Estoy en el button con 
y veo tres limpers que han entrado en la mano. Tengo un buen stack, supero con creces la media. Decido entrar en la mano, CALL. La ciega pequeña también paga y la ciega grande pasa. Somos 6 jugadores y vemos un flop
El primer limper mete 800 puntos de cara. Un jugador paga y yo, con segunda pareja y runner runner de color y escalera (no es una mano para tirar cohetes) decido hacer CALL. Las ciegas foldean.
El turn es un 
Los dos jugadores que siguen conmigo en la mano hacen CHECK. Ahora tengo proyecto de color y sigo con segunda pareja. Me están dando carta gratis y creo que metiendo ahora no voy a ser capaz de finalizar a mano, así que decido hacer CHECK y ver el river.
El river es 
No creo que esta carta mejore la jugada a nadie. El primer jugador mete 1.500 puntos, el siguiente foldea y me toca hablar a mí. Analizo la mano y no me cuadra nada esta apuesta de 1.500 en el river; si no metió en el turn con las dos picas en la mesa, meter ahora me parece una forma bonita de llevarse el bote por la cara. Posiblemente, si llevara el 10 hubiera hecho CHECK/CALL. Lo mismo haría con el 8 o el 9. Tampoco creo que meta ahora con una mano del tipo AJ.
Pienso un poco y decido hacer CALL con mi tercera pareja y kicker 7. Enseña AQ y me llevo la mano… pero lo más importante no es llevarme ese bote sino la imagen de «calling station» que estoy dando a mis rivales; es decir: ahora me verán como un jugador que lo paga todo y que soy difícil de farolear.
Unos minutos después se produce la siguiente situación:
Recibo 
under the gun (en primera posición). Entro en la mano haciendo CALL. Todos foldean hasta el button que hace un RAISE a 850. Las ciegas foldean. Miro a su stack (12.000 apetecibles puntos), hago CALL y vemos el flop
Flop 
¡Vaya! Cayó el maldito As. Hago CHECK. Mete 1.400 puntos. Esta apuesta me despista un poco: no sé si es una «continuation bet» una «probe bet«. Analizo las posibilidades: a) puedo foldear para no meterme en líos y esperar una mejor oportunidad; b) puedo resubir para saber donde estoy (si lleva el As resubirá)… el problema de una resubida es que no tengo posición y en el turn hablaré primero por lo que si me hace CALL estaré en una situación comprometida si no cae mi 10…ninguna de las dos opciones me convencen por lo que me decanto por hacer CALL.
Turn: 
No ha cambiado nada. Yo CHECK y espero su reacción. Hace CHECK también por lo que he conseguido llegar al river a un precio relativamente barato.
River: 
Esta carta cambia toda la mano. Creo que me beneficia. No estoy seguro de tener la mano ganadora con mi pareja de dieces; pero creo que soy capaz de tirar a un rango de manos tipo QQ-JJ-KJ-KQ. Obviamente descarto que lleve un As ya que entiendo que hubiera apostado en el turn para finalizar la mano en ese momento. Así que decido meter algo más del pot (5.500 puntos). El rival piensa y acaba foldeando su mano a la vez que comenta en voz alta «no te puedo farolear porque lo pagas todo». Enseña JJ. La imagen que me cree de la mano anterior con 87 me valió aquí para evitar recibir un farol (si me va allin tras la apuesta de 5.500 puntos) estaba casi obligado a foldear instantáneamente…
Resumiendo: me llevo un gran bote y además le enseño 10-10…no se tira de los pelos porque era calvo total, pero creo que le puse un poco on-tilt…
«Karlituus»
