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Antonio Galiana puede seguir la fiesta tras arreglar sus diferencias con el Team 651

Unas acusaciones de estafa que habían enturbiado las celebración por la victoria de Galiana en las WSOP han desembocado en una solución satisfactoria para todas las partes.

Las World Series of Poker tienen una audiencia planetaria, aunque en muchos casos se limite a un público muy aficionado al póker.

Ganar un brazalete, y más con el famoso farol que ha hecho viral a Antonio Galiana, lleva tu nombre y tu rostro hasta los más recónditos rincones. No es tan raro que la súbita exposición de un jugador ante los medios lleve a la irrupción de ciertas voces que se quieren hacer eco de ese altavoz.

En otras ocasiones, se han destapado problemas con bancajes, se han discutido errores del pasado del personaje en cuestión o se ha reclamado parte del reconocimiento público dispensado a los campeones.

En el caso de Antonio Galiana, reciente ganador del Evento #34 Freezeout 2.500 $, quien irrumpió en los festejos agitando papeles fue Jason Philpott, cofundador de Team 651, un establo de jugadores de spins, al reclamo de que Galiana y un socio habían perpetrado una estafa que les había costado 94.000 $ durante su vinculación con el grupo, allá por 2018.

El director creativo de WPT Global Thomas Keeling, que alcanzó una alta reputación en redes por los vídeos humorísticos editados que subía a los foros de 2+2, le dio visibilidad al tuit de Jason, que aportaba un hilo de 2018 en el que se explicaba la supuesta estafa.

Antonio Galiana y otros dos socios, que supuestamente residían en Bournemouth, firmaron un contrato para pasar a formar parte del grupo de jugadores de spins del Team 651.

Estos grupos de bancaje llegan a acuerdos con jugadores interesados en recibir bancaje y formación a cambio del reparto del EV% generado.

Los programas estadísticos, mediante el análisis de los historiales de manos, son capaces de calcular el EV de cada jugada. Es decir, el rendimiento del jugador se puede medir de una manera más objetiva, dejando aparte los efectos más severos de la varianza. Un call correcto a un all-in en el HU de un spin, cuyo EV siempre es positivo, puede llevar a ganar el torneo y cobrar todo el premio o a perder y no ingresar nada.

El jugador se compromete a jugar un cierto volumen y a aprovechar la formación, y el bancador se compromete a costear los efectos negativos de la varianza reponiendo la banca del jugador, cuando esta crece por debajo del EV o incluso disminuye. Esto se compensa cuando hay un exceso sobre el EV. Así, es el bancador el que asume los efectos de las rachas para mantener al jugador activo y despreocupado de los resultados.

Jason Philpott asegura que descubrieron tres cuentas de jugadores que falsificaban sus resultados para recibir más fondos de los debidos. Una pertenecía a Galiana, otra a un asociado, y sospechaban que en una tercera se había dado una suplantación de personalidad por parte de los otros dos, para aumentar los beneficios de la estafa.

Con la excusa de evitar los rigores de la legislación española, los supuestos estafadores convencieron a sus bancadores para que el proceso de descargar los historiales de manos y el cálculo del EV se realizara en sus propios ordenadores, y así evitar el rastro de los envíos. Cada mes, el comprobador de resultados del Team 651 se conectaba a la pantalla de los jugadores y supervisaba todo el proceso. La estafa residía en que se descargaban historiales falsos de una página pirata que imitaba a la oficial de la sala.

Cuando empezaron a sospechar de la mala racha permanente de estas cuentas, que el bancador enjugaba aportando fondos a sus bancas, los responsables de Team 651 cruzaron datos y comprobaron que los descargados por los jugadores no coincidían con los historiales oficiales de la sala. Preguntaron a otros regs del mismo nivel y estos confirmaron que los nicks involucrados no se dejaban ver casi nunca por las mesas. Es más, Galiana y compañía, en realidad, residían en Málaga y no en el Reino Unido.

Como parte de la documentación aportada, adjuntaron también una conversación con la persona a la que quizá habían usurpado la identidad, a la que se le cuestionó utilizando los datos públicos de la hermana de Antonio y a la que se presionó bajo amenazas legales.

Los tuits de Jason y Keeling, junto al hilo de 2+2, aportaron la información que alcanzó la página principal de Pokernews. El portal de noticias intentó recabar la versión de Galiana y este solo contesto que había puesto en conocimiento de un abogado que estaba siendo víctima de una campaña de difamación y acoso, y este le había recomendado silencio.

Pocas horas después de la publicación del artículo, Antonio Galiana y Jason Philpott confirmaron que habían discutido el tema y habían llegado a un acuerdo satisfactorio para todos. Jason dice haber recibido explicaciones suficientes y creíbles sobre una participación muy limitada del jugador en la estafa, y Galiana retira todas sus acusaciones de difamación y acoso. El jugador se abrió una cuenta en Twitter para hacer saber al portal de noticias que podían actualizar su artículo indicando que el desacuerdo estaba resuelto.

Philpott ha procedido a borrar su acusación original en redes. Todo solucionado, pues. Muck y al pozo.

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