El jugador Andrew Lichtenberger, un reconocido profesional que tiene en su currículum más de 8.000.000$ en premios en vivo y una prolífica carrera online bajo el nick «Luckychewy», acaba de abrir una sala de poker.
La noticia saltó por sorpresa después de un escueto anuncio a través de una plataforma nada usual -ni práctica-, Twitter. Hasta siete entradas necesitó Andrew para explicar las bases de su nueva aventura empresarial, que podemos resumir en estos puntos.
- La nueva sala se llama LuckyChewyPoker
- La intención es conseguir un tráfico tan amplio como permitan las leyes internacionales
- La beta está abierta para recibir consejos y peticiones de los jugadores
- La actualización del software, tanto en el aspecto visual como técnico, será constante
- El rake será bajo y habrá grandes recompensas al alcance de los jugadores
- Se pedirán licencias y acabará siendo una sala de dinero real
La sala yaestá funcionando. Por el momento, en su fase beta, ofrece partidas y torneos de play money. Los primeros curiosos han estado trasteando con el software y en TwoPlusTwo hay alguna captura.
La portada de Pokerfuse enseña una de las mesas, con toques reconocibles como la UI de apuestas, muy convencional, y avatares del estilo de Full Tilt.
La sala tiene base en Gran Bretaña y su generador de números aleatorios cumple los estándares de la UK Gambling Commission.
La mayor novedad del proyecto es lo que Andrew llama PGT Social Community (de Poker, Gaming and Trading), un foro en el que los usuarios podrán publicar blogs, crear grupos, colgar fotos y vídeos, montar mercados y crear eventos o torneos personales.
La web de la nueva sala también tiene espacios reservados para un portal de noticias y una escuela de poker, que aún no está en funcionamiento.
Vivimos un momento en la historia del poker online en el que la identidad del juego está en peligro. Las salas están en manos de empresas multinacionales que no ven razones para establecer diferencias teóricas ni prácticas entre la explotación del segmento de poker y la de otros juegos de casino. Hay una corriente de opinión, aparentemente mayoritaria, que opina que hay mercado para una sala creada por jugadores y en la que se busque contentar al usuario recuperando las raíces de la industria, en la que un jugador ganador no esté mal visto, con un rake batible y un sistema de recompensas que merezca la pena escalar.
Es inevitable la comparación entre este proyecto y el de Phil Galfond, cuya intención es que su escuela Run It Once estrene sala de poker en 2017. Las expectativas creadas po rla futura creación de la sala de Galfond fueron muchas, pero la falta de noticias al respecto y las dudas sobre el ritmo de desarrollo están empezando a desanimar a alguna gente.
Lichtenberger ha preferido los hechos a las palabras, y se ha presentado ante la comunidad con una base tangible sobre la que trabajar. Es mucho más sencillo sugerir correcciones o cambios sobre un software en funcionamiento, y los consejos y sugerencias que ambos solicitaron a la comunidad están mejor canalizados y tienen un valor mucho más práctico cuando se intenta mejorar una sala y no una idea.
Sin embargo, nadie pone en duda que Phil Galfond es universalmente más conocido que Andrew, y que su influencia sobre la comunidad es infinitamente superior. Pero Lichtenberger no deja de ser otro jugador que ha pasado varios años de su vida grindando en diversas salas y que, en teoría, tiene la misma capacidad para reconocer lo que un grinder desea encontrar en su sala de referencia.
La competencia nunca ha sido mala para el sector, y menos cuando las que competían eran compañías únicamente dirigidas a la audiencia pokerística. En la época dorada del poker online había siempre un mínimo de dos salas peleando por atraer público, lo que se reflejaba en muchos aspectos del negocio. No debería asustarnos la posibilidad de que tanto Lichtenberger como Galfond peleen por ser paladines de los jugadores, es más, deberíamos desearle lo mejor a ambos, porque un resonante éxito de ambas iniciativas probablemente sea lo mejor para todos.
