André Akkari es uno de los mejores y más conocidos jugadores de poker de Brasil. La fama tiene muchas ventajas, pero también tiene algunos inconvenientes. Akkari ha sido asaltado dos veces y en ambas temió por su vida. Lo peor es que no fue un atraco casual, sino que sabían perfectamente quién era y le estaban siguiendo.
El poker está en pleno auge en Brasil y además de haber cada vez más jugadores, hay también más información. En 2012, se reconoció oficialmente como deporte en Brasil y desde entonces, no sólo aparecen en todos los calendarios deportivos, sino que los jugadores están mucho más expuestos a los medios. Todo el mundo sabe cuanto ha ganado éste o aquel jugador.
En 2009, Akkari estuvo viviendo en Las Vegas, pero a pesar de disfrutar de un nivel de comodidad y seguridad increíbles, según sus propias palabras, siempre quiso volver a Brasil. Le encanta su país, está orgulloso de ser brasileño y no lo cambiaría por nada, por mucho que en Suiza haya una tasa de criminalidad del 0%.
La primera vez que le asaltaron iba en su coche y una moto se paró a su lado. Un tipo le apuntó con una ametralladora y le dijo «Akkari perdió, Akkari perdió». En un despiste de los asaltantes, Akkari se tumbó sobre el asiento del copiloto y pisó el acelerador. No levantó el pie hasta llegar a una comisaría.
«Definitivamente, la delincuencia es nuestro mayor problema, unido a la falta de inversión en educación, que nos traería un futuro mejor para nuestros hijos… no consigo sacar de mi cabeza la imagen de lo que sería un Brasil sin corrupción«.
Los atracos están a la orden del día en Brasil, a pesar de que el país ha mejorado mucho en ese sentido. Es una economía emergente y cada vez está más instaurada la clase media, pero sigue habiendo una gran parte de la población que dispone de escasos recursos.
Es peligroso, pero Akkari tiene claro que no va a abandonar su país. Eso sí, tendrá que tener más cuidado. Mientras tanto, él seguirá a lo suyo y podremos verle en el EPT de Berlín y el de Montecarlo y por supuesto en las WSOP® de Las Vegas. Ojalá le vaya bien en el poker y eso no le suponga ningún problema en su vida cotidiana.