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Regreso al Cirsa Poker Tour Isla Margarita. Días varios

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Mañana dejo el Hilton. Bueno, ya no es el Hilton. Desde que lo nacionalizaron se llama Macanao. 5 estrellas, pero hemos estado 3 dí­as sin internet. Un dí­a sin toallas. Cada dí­a cortan la luz durante 4 horas, durante el dí­a. El personal es muy amable, la verdad, pero he encontrado un alojamiento más a mi medida para los diez dí­as que me quedan en Margarita, aunque me tenga que hacer la cama. Porque me quedaré en Margarita, sin ir al continente más que para coger el avión de vuelta a casa. Debajo de una palmera, a disfrutar del ritmo cero. Nunca en la vida hice 20 dí­as seguidos de vacaciones, así­ que voy a aprovechar la ocasión.

Apenas he pisado el Casino desde que me eliminaron del torneo. Iba a dedicarme a trabajar el cash, pero hay dos detalles que no me han hecho demasiada gracia. Uno, el 10% de rake que se queda el Casino. El otro, después de haber observado las mesas unos cuantos ratitos, me lo guardo. Pero creo que si me siento, no tengo demasiada ventaja, así­ que no jugar es ganar. Yo he visto Rounders

El grupo decidió vivir la noche Margariteña. Yo, esa, ya la conozco suficiente del otro viaje, así­ que opté por dedicarme a conocer la isla de dí­a. Siempre que voy a un paí­s me ha gustado hacer inmersión cultural lejos del lujo artificial de los complejos hoteleros, si ha sido posible. Me interesa saber cómo vive la gente corriente, la de la calle.

¿Qué qué tiene que ver esto en una página de poker? Bien… yo vení­a a jugar un torneo y, eventualmente, algo de cash. El torneo no salió bien y el cash… ya lo he comentado. Pero bueno, si no fuera por el poker, este viaje no lo habrí­a hecho. Así­ que muchas gracias naipes. Igual sigo sin hacer un pinchazo gordo en un evento pokeril (sólo jugué tres…), pero alguna vuelta interesante por el mundo estoy dando, gracias al poker. En mi pueblo dicen que más vale eso que una patada en el culo…

Lo primero que hice fue irme hasta la avenida principal.

No es la Strip, pero también tiene un Flamingo…

Puedes desplazarte en taxi, que costará entre 15 y 30 Bs o en las busetas o Rutas. El trayecto cuesta 2 Bs. Conseguí­ cambiar los euros a casi 10 Bs por euro, con lo que los precios en euros son sencillos de calcular, dividiendo por 10 las cantidades expresadas en Bolí­vares (Bs). En las fotos, dos Rutas.

El combustible está regalado. Tomé esta foto donde se ve el precio del litro de gasolina. 0,097 Bs/litro. Eso quiere decir que llenar un depósito de 60 litros costará algo menos de 6 Bs. Menos de un euro… Si, si, no me he equivocado en las cuentas. Menos de un euro, depósito lleno…

Hay call-centers, por supuesto. Pero ello no quita que con una mí­nima inversión (4 móviles y un mostrador desmontable) uno pueda hacerle la competencia a las tiendas oficiales. En los call center no hay agua gratis, ojo.

Hay multitud de puestos ambulantes de comida. De cualquier tipo.

Este cartel valdrí­a para la guerra entre Mactans y Cinexí­n… ¿Hemos explotado en España el concepto de «hamburguesa light»?

Lo que cuesta ver correctamente… 10 euros…

Reponer fuerzas con una sopa, arreando Lorenzo, parece una locura. Es lo mejor para equilibrar tu temperatura interior con la exterior. Y la sopa de pollo y vegetales, de lo mejor que he probado en cuatro decenios de vida…. Dos sopas, dos zumos naturales de guayaba y melón, 41 bs.

Las plazas tienen bancos, como todas las plazas del mundo. Los que están a la sombra, tienen cola. Los que están al sol… vací­os. Simón Bolí­var está al sol y no hay que esperar para hacerse una foto con él.

Por la tarde voy a ver un apartamento que ofrecen bien de precio. La vista no es igual que la que se ve desde el Stardust, pero tiene cierto parecido, si le echas imaginación. Por el otro lado, se ve el mar. Mas que suficiente, dado el coste, 250 Bs. Por dí­a.

Para cenar, me quedaba por probar el Patacón. Es una masa hecha a base de plátano, sobre la que se añade cualquier complemento. Como el pa amb tomaca, pero en tropical… En el caso, con pollo y champiñones uno y con gambas y patatas fritas el otro.

Una de las visitas culturales que hice fue al castillo de Pampatar.

Es una construcción del mil seiscientos y algo y se levantó para defender la ciudad de piratas ingleses y holandeses. Luego ha tenido, como todos esos castillos, innumerables funciones, prisión incluí­da. Con un poco de imaginación no es complicado ver Galeones atracados en la bahí­a, loros y barricas de ron.

Camino de la playa, el mar empieza a regalar las primeras postales.

Lástima de la basura que hay por todas partes. No hay papeleras apenas. Si quieres deshacerte de una lata, por ejemplo, tienes que pasearla media mañana, hasta que encuentras donde depositarla. Tampoco verás contenedores para basura. Es una pena enorme, pues siempre hay una botella, una bolsa o una lata que estropean el paisaje. Una o una docena, en muchos casos…

Cuando ves un cartel así­, lo primero que te dan son ganas de pasar.

Pues eso hice, pasar… De la embarcación de la izquierda, se bajó un tipo de paisano, empuñando un rifle semiautomático que me dijo, escuetamente: «Está prohibido el paso». Valeeee. Media vuelta y a tomar fotos a otra parte. El barco de la derecha, contra todo lo que pueda parecer, estaba calentando motores para zarpar.

De la playa de Pampatar, poco que decir. Una imagen vale más que mil palabras. Las habrá más bonitas, quizá. Pero no mucho más…

Tres horas de sombrita, seis cervezas, dos sopas de marisco (bueno, no era sopa de marisco. Era marisco caldoso, más bien, vaya cantidad de bichos que habí­a en el bol) y dos zumos de frutas, 81 Bs. Tengo que repasar la cuenta como tres veces para asegurarme de que está correcta.

El paseí­to de después de comer me regala dos fotos que irán a la colección de grandes instantáneas. Dos y media, vamos…

Cenar rápido, como dije, se puede hacer en cualquiera de los múltiples puestos callejeros que hay

La hamburguesa de ternera pesa 280 gramos…

Otro dí­a aproveché para visitar el Mercado. Imaginad 2000 m2 de pasillos como el de la foto. Hay de todo. Los puestos se suceden sin que se pueda distinguir con facilidad donde termina uno y donde empieza el otro.

Para el próximo viaje, vendré con ropa para el primer dí­a y con la maleta vací­a. No pongo precios por que la lista serí­a larguí­sima. Ropa y zapatos, a un tercio de lo que valen en España. Las mismas prendas.

En la comida, me choca el mensaje en los botellines de cerveza. No creo que tardemos en verlos en las de Estrella.

Para seguir haciendo inmersión gastronómica, Rondo Criollo, el plato más tí­pico de Venezuela. Caraotas negras, tajada, arroz, queso y carne mechada. Hay quien me señala que le falta huevo.

Tampoco es complicado, andando un poquito, conseguir una playa desierta o casi. En 2 kilómetros, 12 personas. Todos a menos de 20 metros de una especie de chiringuito que habí­a, camuflado entre las palmeras.

Paseí­to hasta una playa desierta (o casi): dos litros de sudor. Cervecita frí­a al llegar: 3 Bs. Sin palabras… (por la emoción)

Mañana viernes se van Roberto y Marcos, así­ que volvimos a cenar al mexicano para hacer una despedida en condiciones.

En la foto, los tres cacereños de oro

Y si, volvimos a hacer el indio. Eso era inevitable.

En fin. Me fui a dormir después de cenar. El resto a por la última rumba. Con esa camiseta, ya imagino como terminarí­a la noche.

Que tengáis buen viaje, nenos. Fue un placer conoceros.

En fin, que así­ han ido transcurriendo los dí­as y así­ transcurrirán los próximos 10 dí­as. Dudo que toque un naipe, a no ser que sea virtual. Y ya veremos. El apartamento no tienen ni tele ni internet. Perfecto para una total desconexión. En principio.

Hasta otra, señores. Nos vemos en La Toja, si he vuelto…

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