Las informaciones sobre Full Tilt Poker se amontonan. En las últimas semanas hemos vivido un ritmo frenético de informaciones en las que teníamos multitud de protagonistas; desde el Departamento de Justicia (DOJ), la Alderney Gambling Control Comission, Howard Lederer , Chris Ferguson, Laurent Tapie y su grupo. Así hasta casi el infinito.
Por ello no habíamos tenido tiempo de cuantificar los números de la sala, que hasta la fecha se cuantificaban en unos 300 millones de dólares, justo la cantidad que se deben a los jugadores.
Pero de acuerdo con la web pokerfuse, el agujero económico de Full Tilt triplica esa cantidad y se acerca peligrosamente a los mil millones de dólares.
De acuerdo con esta página, el dinero confiscado por el DOJ ascendió a 331 millones de dólares. Esta es la cantidad que se estima que pertenece a los jugadores. A mayores, este organismo procedió a bloquear quince millones más.
Cuando se acusó a Howard Lederer y a Chris Ferguson de haberse quedado con el dinero de los jugadores, la cantidad ofrecida en un primer momento fue de más de 440 millones. Sin embargo, no todo este dinero fue a parar a sus manos, sino que también quedó en manos de la junta directiva.
La cifra exacta se supone en 444 millones. Lederer se quedó con 42, mientras que Ferguson se embolsó 25. Por su parte, Raymond Bitar acumuló 41 millones y Rafael Hurst doce.
Pokerfuse pone nombre y apellidos a un quinto accionista que habría recibido su parte. Este no sería otro que Phil Ivey, que podría haberse embolsado 40 millones.
El resto del dinero (284 millones) se repartieron entre el resto de accionistas.
Una de las personas que sacó mayor tajada de esta desfalco fue un agente procesador de pagos, que se metió en «la saca» 42 millones. Esto sucedió en 2009.
Otros 128 millones de dólares cayeron en saco roto. Esta cantidad fue depositada por los usuarios sin que Full Tilt Poker pudiese recuperarlos. Un gran misterio.
Y por último se realizó un préstamo a los jugadores de cinco millones y medio, que nunca fueron devueltos.
El grupo Tapie está especializado en reflotar las empresas en horas bajas. Sin embargo, la inyección económica que debe realizar ha de ser cuantiosa, con lo que se pondría en duda la afirmación de Bernard Tapie de que solo están interesados en un 5-10% de la empresa.