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Abandonando el sexo por el poker

Por Max Shapiro.
Foto PokerStars Blog

Shapiro plantea toda una problemática a través de su humor, para quien quiera pensar y hacer algo sobre eso… Shapiro llama a la reflexión y quien quiera sólo reí­rse de lo que parece una simple ocurrencia… también puede hacerlo.
Cesar Lancieri

Allá por el siglo XIX, un autor llamado Steven Vincent Benet escribió una historia (que luego serí­a una pelí­cula) llamada «El Diablo y Daniel Webster». Se trataba de un granjero de New Hampshire acosado por el infortunio. Cuando su mala suerte se volvió insoportable después de que su cosechadora fuera pulverizada por una roca que podrí­a haber jurado que no estaba allí­ el dí­a anterior, y su caballo de tiro comenzó a toser malamente, el granjero dejó todo e hizo votos de que por dos centavos venderí­a su alma al diablo. Seguro de sí­ mismo, de repente divisó dos peniques en el suelo, y Satán apareció. Hicieron un trato y el acorralado granjero vendió su alma a cambio de prosperidad.

Lucifer no se habí­a visto mucho por los alrededores últimamente, aunque la palabra «infierno» es probablemente la más pronunciada en una mesa de poker, y todos saben que fue el diablo quien inventó Omaha hi-lo. Sin embargo, ha habido algunos tratos igualmente demoní­acos hechos más tarde. Por ejemplo, en su libro «El hombre de los pechos de $100.000», Michael Konik describe cómo un jugador accede a someterse a una cirugí­a de implante de mamas a cambio de 100 grandes. El acuerdo fue que los conservarí­a por un año, pero el tipo parece haberse aficionado a sus pechos, y hasta donde yo sé todaví­a los tiene.

Y ahora me enteré de otro acuerdo demoní­aco que la mayorí­a de los jugadores analizados no dudarí­a en hacer. Parece ser que una prestigiosa sala llevó a cabo una encuesta nacional que averiguó que más de la mitad de los americanos interrogados estarí­an dispuestos a abandonar el sexo por un año a cambio de ganar una gran suma en poker online!

Pero no por dos centavos, imagí­nense. No, ha pasado mucho tiempo desde aquellos viejos dí­as. Los encuestados, interrogados por una firma de investigación de opinión pública independiente, se arrojaban al infierno por un promedio de $2.3 millones! La encuesta también recabó que el 61% de los adultos hombres accederí­an a permanecer castos por un año en contraposición al sólo el 47% de las mujeres. Esto prueba que los hombres saben que el poker es más importante que el sexo. Las mujeres, supongo, aún no lo entienden.

No resulta sorprendente que fueran también los hombres los más demandantes en montos de dinero a ganar para abstenerse de tener sexo. El promedio que demandaron en la encuesta fue de $2.1 millones. Las mujeres se conformaron con la trivialidad de $1.9 millones (No estoy seguro de cómo los encuestadores lograron un promedio de $2.3 millones cuando los hombres querí­an $2.1 y las mujeres $1.9, pero lo dejaremos pasar. Puede ser como las figuras que yo imagino cuando hago el reporte de torneos.)

De cualquier forma, a mi me suena como obra de show televisivo. La premisa serí­a tener jugadores de poker, desesperados por ganar mucho, pujando unos contra otros. Trata de visualizar esto:

Primer jugador: «Yo dejo el sexo por un año por un millón de dólares»
Segundo jugador: «Yo dejo el sexo por dos años por medio millón de dólares»
Tercer jugador: «Yo me someto a una vasectomí­a por un cuarto millón de dólares»
Railbird*: «Yo los dejo castrarme por un buy-in en un juego de $3-$6». (*railbird: jugador que mira desde afuera, espectador, que no tiene para jugar. El nombre viene de los pájaros que se alinean en los cable de la luz o en las barandillas. ).

¿Piensan que estoy exagerando? Dales como para un juego de $6-$12 y la mayorí­a de los railbirds estarí­an felices de esterilizarse en vivo en un show televisivo.

Inspirado, comencé a ensayar un escrito que pudiera montar en las principales emisoras. Inmediatamente me vinieron a la mente algunos problemas. Por ejemplo, ¿Qué si Filthy Willy fuese uno de los competidores? Abandonar el sexo no hubiese sido un gran sacrificio para él, ya que no lo ha tenido por al menos 75 años. Y muchos jugadores de poker que conozco no son exactamente promiscuos. Tienen un aspecto tan repulsivo y de mal vivir que ninguna mujer en su sano juicio (ni siquiera sus esposas) intimarí­an con ellos, aunque tuviesen dinero para pagar por sexo, que no lo tienen.

Ok, entonces restringimos los competidores a jugadores jóvenes y machotes, y a caballeros de cierta reputación. Ya saben, tipos como Warren Beatty y Bill Clinton. O, si queremos que se ponga realmente pervertido, a Michael Jackson. (Me pregunto cuánto costarí­a arrancarle a Paris Hilton la promesa de dormir sola un año).

Hice los ajustes pertinentes, y finalmente salí­ con un artí­culo dinamita para un show de poker. El concepto serí­a que cuanto más dinero gane un tipo, más tiempo debe abstenerse. Ya saben, jugar fuerte y permanecer suave. Saqué la idea de Fox TV (¿de donde más?) y estaba logrando una respuesta entusiasta hasta que uno de los programadores ejecutivos le echó agua frí­a a mi propuesta.

«Suena bien, muchachito», dijo. «¿Pero como sabemos que el ganador mantendrá su palabra de mantenerse puro por un año?»

«Se puede confiar en los jugadores de poker», intenté decir con una expresión rotunda. Después de que los programadores ejecutivos se levantaron del piso y se enjugaron las lágrimas de risa que bañaban sus rostros, me dijeron que comprarí­an mi idea si podí­a pensar en algún método para garantizar la abstinencia.

Cuando llegué a casa, me puse a pensar. ¿Cinturones de castidad? Nahh, cualquier cerrajero puede desarmarlos. Tests detectores de mentiras? Eso tampoco funcionarí­a. Cualquier buen jugador de poker puede arrancarse la cabeza sin que su corazón se acelere un solo latido. Y entonces tuve una inspiración: Oklahoma Johnny Hale.

No, no me refiero a él como competidor. Estoy hablando de su administración de poker. Varias veces en sus columnas se ha propuesto organizar un equipo de veteranos asesores que viajarí­an por los casinos para tomar decisiones justas e imparciales en los torneos de poker dado que el staff de los casinos no es de confiar. Por alguna misteriosa razón, los casinos nunca abrazaron esta idea, y desde entonces, Hale se ha visto comprometido a pagar los salarios de más o menos una docena de asesores senior que no tienen absolutamente nada que hacer en todo el dí­a más que sentarse a leer las noticias. Le pregunté a Hale si estos asesores podrí­an ser puestos a mejor servicio monitoreando a estos grandes ganadores de dinero y asegurarse de que no se escabullan en algún sexo prohibido.

A Hale se le ruborizaron las mejillas. «Max», sonrió, «esa es la primera idea buena que has concebido en toda tu vida.» Trazamos un plan por el cual tres inspectores se pegarí­an a la cola de cada competidor (esto último dicho sin doble intención) en turnos de ocho horas cada uno.

Los estudios de TV pagarí­an sus salarios, y a cambio, Hale obtendrí­a una modesta comisión del 35% con comerciales gratis para promover su libro.

Sabí­a que tení­a un ganador. Todo lo que necesitaba era un nombre pegadizo para el show. Finalmente di con la pieza maestra: «Estoy all-in… pero no por un año.» OK, quédense sintonizados. Les daré fecha y hora cuando esté todo listo.

Artí­culo original en –<->pokerpages.com

Hemos encontrado esta escena de la pelí­cula –<->Lucky You, donde se hace referencia a la conocida anécdota del hombre con senos.

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